Salió anunciada la lista de los 28 finalistas en el concurso que va a elegir las 7 Maravillas Naturales del Mundo. Entre los candidatos hay dos destinos con una importante participación brasileña: las cataratas de Iguazú, compartido con Argentina y la selva amazónica, compartido con Bolivia, Colombia, Ecuador, las dos Guayanas, Perú, Surinam y Venezuela. No volveré a referirme a esta elección hasta que salgan los resultados definitivos. Lo hago ahora para compartir con los lectores de este blog lo que pienso sobre la iniciativa y algunos aspectos que la han rodeado.
Se trata de la segunda elección organizada por un empresario suizo con el evidente propósito de dar un bello impulso al saldo de sus cuentas bancarias. Sobre la primera elección hablamos largo y tendido en el blog (podéis ver los enlaces al final de esta entrada). Introdujimos esta segunda iniciativa en 7 nuevas maravillas naturales y vimos la patochada que fue la declaración por parte del gobierno brasileño de que los Lençóis Maranhenses serían el candidato brasileño.
Resulta perfectamente legítimo que el empresario organice la votación y la divulgue a bombo y platillo. Lo que me cuesta entender es que tantas y tantas personas abdiquen de cualquier espíritu crítico y repliquen el discurso del empresario con pelos y señales.
- la iniciativa no es más que una elección organizada por un empresario. Tiene el mismo aval de organismos internacionales como la Unesco que este blog – léase, ninguno -.
- la lista no está basada en ningún criterio científico. El márketing ha predominado (lean, si no, lo que escribí en si no pagas, no apareces), especialmente el márketing de destinos turísticos. No es casualidad que las autoridades de turismo, en el caso brasileño, hayan invertido importantes dotaciones presupuestarias para divulgar la elección y pedir el voto para sus candidatas.
- no se trata de una elección democrática y los que así la clasifican deberían volver a los libros de estudio y enterarse bien de qué constituye una elección regida por criterios democráticos.
- en el caso brasileño, por lo menos, uno de los argumentos más utilizados para justificar el voto ha sido que la elección va ayudar a la divulgación de los destinos. ¿Ayudar a divulgar las cataratas de Iguazú, ese gran destino desconocido? Uno de los rasgos más evidentes de la votación es que acaba eligiendo destinos consagrados y conocidos del gran público. Por eso un destino brasileño «fuera de categoría» como son los maravillosos Lençóis Maranhenses se quedó fuera de la lista final (también lo hizo el paraíso de Fernando de Noronha). Las cataratas de Iguazú necesitan de tanta divulgación como el Cristo Redentor en Río o, a nivel planetario, la torre Eiffel, la Estatua de la Libertad o el Taj Mahal.
- ese dinero que se va a gastar en pedir el voto para los dos destinos que tienen participación brasileña sería mucho mejor invertido en mejoras reales que facilitaran la vida de los que quieren visitar esas atracciones naturales. Foz de Iguazú tiene un aeropuerto internacional que más parece un aeródromo de provincias. Y un sistema de transporte público enlazando el aeropuerto con la ciudad y los hoteles más que precario (esta semana una pareja de británicos fue asaltada y robada a mano armada mientras se desplazaban del aeropuerto a la ciudad). El gobierno brasileño, en su incesante filtreo con quien avanza insaciable sobre la selva, permite que los cultivos de transgénicos se acerquen cada vez más al área del parque. ¿Qué tal promover las cataratas protegiéndolas? Sobre la Amazonia, y debido a la inmensidad de la región, resulta más difícil emitir un parecer. Pero ciertamente se podría comenzar por una limpieza radical entre las agencias de turismo de Manaos que organizan excursiones por el Amazonas, agencias entre las que circulan individuos de dudosa reputación que sistemáticamente dejan a los turistas que contratan sus servicios con la sensación de haber sido estafados. Por no hablar de la inexistencia de cualquier tipo de integración supranacional, haciendo que los turistas que se embarcan en cualquier viaje por la Amazonas que conlleve un cruce de fronteras lo hagan en una auténtico viaje hacia lo desconocido. En cualquier caso, está claro que la propaganda sale más barata y obtiene resultados más inmediatos que el trabajo de medio y largo plazo. Vale la pena hacer un inciso: ninguno de los problemas relacionados con la visita al Cristo Redentor en Río de Janeiro ha sido resuelto después de su elección como nueva maravilla del mundo.
- ningún destino natural del mundo es más o menos interesante, fascinante o recomendable por el hecho de aparecer o no en la lista. En cierta forma, para los Lençóis Maranhenses es una auténtica bendición no haber entrado en la lista final. La sobreexposición que conllevaría esa colocación amenazaría de forma muy real el frágil equilibrio del lugar.
En fin, para los espíritus viajeros independientes siempre va a existir un mundo de destinos de naturaleza maravillosos (¡la Patagonia!) fuera de la lista del empresario suizo. En Brasil ciertamente no faltan (top 10: joyas brasileñas).
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los Lençóis Maranhenses serían el candidato brasileño
Buf, como las votaciones sigan el mismo sistema que el de las 10 maravillas construidas por el hombre, doy por encumbrados en la lista ambos destinos suramericanos.
Así se legitimará la Santísima Trinidad turística brasileña: Río de Janeiro, Amazonas y Foz de Iguazú.
¡Ahhh! Pensar que conocí a las Cataratas hace poquísimo y me entusiasmé.Además escuché hace poco al Gobernador de Misiones y nadie aclara lo del suizo, los criterios de selección, etc…Y en fin Tony, como decís,¡¡¡para cda cual su lugar o lugares en el mundo!!
Viviana, las dos veces que fui a Iguazú había pocos turistas y realmente es una experiencia emocionante (parecida a la que sentí delante del Perito Moreno). Creo que me entendiste perfectamente, pero para que no me venga nadie tergiversando mis palabras, no estoy diciendo que Iguazú no sea una maravilla natural, que lo es. La crítica no es ni a las cataratas ni al Amazonas. ¡Un abrazo!