A vueltas con las 7 nuevas maravillas del mundo moderno

Conforme se acerca la trascendental fecha en la que un empresario con una desarrollada perspicacia para los negocios nos comunicará cuáles son las 7 nuevas maravillas del mundo moderno -según el voto de la siempre sabia audiencia, como si de un concurso de nuevos talentos se tratara-, se recrudece la actividad de los amanuenses en la blogosfera viajera. Me temo que durante unos días habrá que desenchufar el lector de feeds, porque todo tiene un límite.

Ya he hablado de la votación en dos ocasiones (7 Nuevas Maravillas del Mundo y las 7 Maravillas y la violencia). Una sabia reflexión de Jorge Gobbi (Dinero, votos y maravillas), una de las pocas cabezas pensantes que está ejerciendo como tal al abordar el tema de las 7 nuevas maravillas, me da pie a un nuevo texto, con algunas noticias sobre el lado brasileño de la carrera por estar entre los más votados.

La votación me deja indiferente (leía a alguien argumentar recientemente que gracias a la iniciativa ha acabado conociendo algunas de eses maravillas del mundo. Me alegro por él, pero sinceramente me parece que como difusión cultural, y en esta era en la que vivimos, hay mil y un otros medios más desinterados a disposición del que quiera utilizarlos); la atención otorgada a la misma, no.

Sin embargo, mi principal motivo de preocupación, cuando no consternación, es la frivolidad con la que tantos formadores de opinión han aceptado que recursos públicos sean usados en una iniciativa privada. En el caso de Brasil, utilizando argumentos espurios. ¿Será que alguien se cree que el Cristo Redentor necesita ser más divulgado para traer más turistas a Brasil? Teniendo en cuenta que la mayoría de los turistas que visita Brasil pasa por Río, y que no hay cómo estar en Río y no ver el Cristo Redentor allá donde vayas, esa argumentación parece bastante flojita.

El otro argumento es el infalible llamamiento al orgullo patrio, resquicio, quién sabe, de tiempos en los que la bandera servía para justificar todo tipo de barbaridades. El Cristo Redentor tiene que estar en la lista porque es brasileño, y punto. Es interesante porque no vayáis a pensar que este argumento solo está siendo usado en países cuyos políticos trabajan a diario para labrar una imagen de república bananera; Microsoft en España está apoyando la campaña para elegir la Alhambra de Granada con argumentos parecidos, aunque más sutiles: Por qué la Alhambra. Corrijo, no es Microsoft la que apoya esta iniciativa, sino WindowsLive, el producto que intenta vender con esta iniciativa de márketing.

La gran diferencia es que Microsoft es una empresa privada que puede hacer lo que le dé la gana para vender sus productos: como si quiere apoyar la Alhambra en España y otro candidato en algún otro país. Mientras venda copias de Windows, es una propuesta empresarial interesante. En Brasil, en cambio, son las autoridades las que están malversando dinero público para contribuir con el lucro de un empresario.

Ni hace falta que diga que se me ocurren dos millones de destinos más nobles para ese dinero en un país tan necesitado como es Brasil. Pero es que esas mismas autoridades que están dispuestas ahora a pagar una campaña de publicidad impresentable, han hecho la vista gorda durante años a los graves problemas que afectaban al mismo lugar que ahora afirman estar intentando ennoblecer. De los asaltos a los visitantes que suben en coche al Corcovado ya me referí en una entrada anterior. Ahora quiero hablar de la operación policial que acabó con la detención de 52 vigilantes jurados, policías y empleados de una empresa de turismo responsables por el acceso al Corcovado. Parece que la banda criminal que había formado esa gentuza se encargó durante años de desviar el dinero que los turistas que subían al Corcovado pagaban al entrar. La recaudación, que supuestamente debía acabar en manos del organismo medioambiental que cuida de la zona, fue desviada impunemente y acabó en los bolsillos de los implicados.

Una situación 100% made in Brazil. Las autoridades gastan dinero público para traer más turistas al Corcovado a través de una iniciativa privada, al mismo tiempo que en el mismo Corcovado una organización criminal integrada en parte por representantes de las autoridades se apropia indebidamente del dinero que los turistas pagan para subir en coche al monumento.

No sé qué podemos hacer de cara a la fatídica fecha de la elección, Jorge. Por mi parte, voy a intentar dar un vistazo a cómo está el patrimonio artístico-cultural en Brasil, para ver si ese interés de las autoridades por despilfarrar dinero promoviendo los tesoros artísticos de la nación encuentra una contrapartida en el cuidado que se está tomando para preservar esos mismos tesoros. Por lo que he visto ya en mis viajes, y lo que he escrito en este blog, mucho me temo que la evaluación va a dar mucho que pensar.

VER TAMBIÉN: La UNESCO y las nuevas maravillas del mundo.

1 comentario en “A vueltas con las 7 nuevas maravillas del mundo moderno”

  1. En cierta medida, el tema es una batalla perdida; por muchas razones, los medios y muchos blogs parecen estar cómodos con la promoción de este «evento». Me pregunto si nos acordaremos de él el año que viene…

Los comentarios están cerrados.

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