Corales brasileños: manual de uso para turistas conscientes

En 2008 se celebra el Año Internacional de los Corales y quiero que la contribución de De viaje a Brasil a este año sea este pequeño manual de uso que únicamente pretende concienciar a los turistas que vienen a Brasil de que los corales son una parte esencial de la vida en el planeta que debe ser protegida a toda costa. ¿Qué puede hacer el turista para no contribuir a la degradación de los pocos corales que todavía sobreviven en Brasil? Este es un manual elaborado con un poco de sentido común y las excelentes ideas que nos dan en la página de la organización del Año Internacional de los Corales y en la página de la Coral Reef Alliance.

CORALES EN BRASIL: MANUAL DE USO

1. Infórmate sobre qué son los corales.
Antes de visitar un arrecife de coral, infórmate sobre qué son los corales, cómo viven, cómo se alimentan. Si descubres lo frágil que es el equilibrio ecológico del que dependen para sobrevivir, tomarás mucho más cuidado cuando los visites.

Obtén información específica sobre el lugar que vas a visitar. Si se trata de lo que los brasileños llaman de piscinas naturais, que se forman cerca de la costa durante la marea baja, descubre si en ellas hay corales o no. Hay arrecifes inorgánicos (básicamente son piedras), y otros formados por corales. Es en estos segundos en los que hay que extremar los cuidados. Comportamientos aceptables en los primeros (los formados por piedras), como sería caminar sobre ellos, se convierten en crímenes ambientales cuando se realizan en los segundos (los formados por corales).

2. No compres ningún tipo de recuerdo extraído del fondo del mar.
Antes y después de tu excursión verás en muchos lugares de Brasil estrellas de mar, conchas, caballitos de mar. Han sido extraídos ilegalmente y de forma insostenible. No compres y además, explica por qué no lo haces. Pide a toda la gente que está viajando contigo que tampoco compre ese tipo de recuerdos.

3. Asegúrate de que desde el barco que te lleva hasta el arrecife no se tira ningún tipo de basura al mar.
Si ves que alguien lo hace, llámale la atención y la del responsable por la excursión también. Fíjate si en el barco hay papeleras y está preparado para guardar la basura. La industria turística ha vendido a los brasileños la idea de que un arrecife de coral es el lugar ideal para hacer picnic. Si ves que el barco tiene un bar o una cocina, estáte especialmente atento al cuidado que se toma para que nada caiga al mar.


4. No camines sobre los corales.
Los corales son seres vivos, no son piedras. En algunos lugares de Brasil verás que parte de la visita a los corales incluye caminar sobre ellos. Niégate a hacerlo.

5. Si buceas, no toques los corales.
Ten además mucho cuidado con las aletas, para no golpear el coral accidentalmente. Si el fondo marino fuera poco profundo, no lo pises, puedes levantar sedimentos que dañan los corales. Bucea horizontalmente, no te pongas en posición vertical, para evitar tocar los corales con los pies. No hagas movimientos bruscos con los brazos al nadar. Muévete lentamente, de forma relajada.

6. No les des de comer a los peces.
Son animales salvajes, saben alimentarse solitos. No introduzcas desequilibrios medioambientales. Si, como verás en muchas partes de Brasil, los lugareños te ofrecen alimento para los peces, recházalo y explica por qué lo haces. Echad un vistazo a dejen a los animalitos en paz.

7. No saques nada del agua, vivo o muerto.
La única excepción a esta regla es la basura que te puedas encontrar.

8. Infórmate si la empresa que te lleva al arrecife da orientaciones a los turistas sobre la protección y conservación de los arrecifes.
En Brasil verás que un gran número de operadoras contemplan su actividad desde un punto de vista estrictamente borreguil. Cuantos más turistas consigan transportar en el mismo día, mejor. No hay ningún tipo de esfuerzo por educar a los turistas. Y la educación es algo que brilla por su ausencia, como ponen de manifiesto las fotos que ilustran este texto.

9. Usa barcos con boyas de amarre.
Las anclas destruyen el fondo marino. La ley brasileña prohibe echar el ancla en una zona de corales.

10. Actúa como agente multiplicador.
Que todos tus amigos y conocidos sepan también cómo comportarse en un arrecife de coral. Cuando vuelvas de visitar un arrecife de coral en Brasil, cuenta tu experiencia. Los lugares que protegen el patrimonio natural deben ser elogiados; los que contribuyen a su degradación, deben ser denunciados y boicoteados.

Desgraciadamente, me doy cuenta de que, de seguir a rajatabla los consejos dados en este manual, no es posible visitar de forma consciente la mayoría de los corales que hay en Brasil. Algo tiene que cambiar.

En la mayor parte de los corales brasileños que conozco, el turismo es predatorio e insostenible. La lista de barbaridades cometidas contra los corales brasileños incluye lugares muy populares como el Recife de Fora en Porto Seguro, los Parrachos de Maracajaú cerca de Natal, las piscinas naturales de Porto de Galinhas en Pernambuco, y las Galés de Maragogi en Alagoas. Dicho de otra forma, donde hay turistas y hay corales, la destrucción ha sido devastadora, quizás con la única excepción de Fernando de Noronha. De Maracajaú y el Recife de Fora ya me ocupé hace poco en el blog: Recife de Fora, Maracajau, y las informaciones encontradas.

Todos tenemos una buena parte de responsabilidad.

1. El turista, en primer lugar, como consumidor del servicio turístico. Si no hubiera demanda no habría oferta. Si miles de personas no estuvieran dispuestas a hacer picnic sobre los arrecifes y entrar en el mar con latas de cerveza en la mano, no habría nadie vendiendo ese tipo de producto. Creo que hay que decir basta y dejar de consumir productos turísticos que atentan contra el medio ambiente.
2. En segundo lugar, las empresas y personas que ofrecen esos servicios turísticos. Sea por falta de educación, sea por verdadera mala fe, hacen todo lo posible porque la caja registradora no pare de funcionar. A los que hacen por falta de conocimiento, hay que explicarles que lo que hacen es pan para hoy, y hambre para mañana. A los que actúan de mala fe, hay que denunciarlos.
3. En tercer lugar, la industria turística y su brazo publicitario (las revistas de viajes). Al vender como paradisiacos lugares en los que se cometen crimen ambientales, el sector está contribuyendo activamente a la perpetuación del ciclo de destrucción.

Por la cuenta que nos trae, al ser parte del problema, somos también parte de la solución.

Las dos fotos de Maragogi usadas en esta entrada son de Juninho Insanoskater, que las ha cedido amablemente para su reproducción en el blog.

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