Después del aburrido Leed el manual de la semana pasada, aquí vienen cinco consejos que solo tendréis que poner en práctica una vez.
1. Ajustad el reloj interno de la cámara.
Sí, vais a tener que leer el manual para saber cómo se hace, ya os había avisado. Todas las fotos digitales se graban junto con una serie de informaciones técnicas, entre las que se incluyen el día y la hora en la que las fotos fueron tomadas (si queréis saber más, estas informaciones usan el estándar EXIF). Esa información es vital a la hora de ordenar cronológicamente en el ordenador cualquier colección de fotografías. Y creedme, si habéis comprado una cámara digital, vuestra colección de fotos va a crecer sin parar.
2. Desactivad la sobreimpresión de fecha y hora.
Otra vez vais a tener que leer el maldito manual, mira que os había avisado. Casi todas las reglas de fotografía están ahí para ser rotas de vez en cuando. Esta que os doy aquí no, no es negociable. No más fotos con la fecha y la hora superpuestas en un naranjita de poner la carne de gallina. Sobreimponer la fecha sobre una fotografía es parecido a grabar con vuestra voz la identificación de una canción en un CD de música. Horrible. Eso no se hace.
3. Desactivad el zoom digital.
Mencionamos brevemente el zoom digital cuando explicamos cómo elegir la cámara. No os voy a dar una explicación técnica. El zoom digital no sirve para nada. No lo uséis. A todos los efectos, el único que cuenta es el zoom óptico.
4. Configurad la cámara para que use siempre la máxima resolución posible.
Fotografiad siempre con la máxima resolución posible. A partir de una fotografía con una resolución mayor, se puede generar otra con una resolución menor. El proceso contrario no existe. De una foto pequeña no se puede generar una grande. El día que hagáis vuestra primera foto genial, y nunca se sabe cuándo puede ocurrir, seguro que no querréis tenerla registrada en una resolución pequeña. El precio de las tarjetas de memoria está cayendo continuamente. No hay ninguna disculpa para no usar la mayor resolución que os ofrece la cámara.
5. La correa, ese amigo desconocido.
El último ajuste no es realmente tal, se trata más bien de un consejo que, por lo que veo todos los días, debo ser de las pocas personas en el mundo que lo sigue. ¿Sabéis la correa que viene con la cámara? Usadla. Acostumbraros a meter la mano por el lazo que forma la correa. De esa forma, si se os escapara de las manos, no acabaría hecha añicos en el mármol o, quien sabe, en el fondo del mar. Ni los profesionales siguen este consejo. Para mí, sujetar la cámara sin usar la correa es como ir en moto con el casco metido en el brazo.
Hasta la fecha hemos hablado del «antes», la fase previa a la realización de las fotografías. La próxima semana estrenamos la parte del «durante», vamos a hablar de cómo fotografiar a las personas anónimas que nos encontramos en nuestros viajes.
Me parece maravilloso el próximo tema. Nunca supe cómo resolver esa situación.
Mil gracias
Rosa
Hola Tony! Me encantan estos posts que has dedicado a la fotografía digital. Ya somos dos, por lo menos, los que meten la mano por la correa de la cámara. Incluso cuando veo alguien sin sujetarla así me pongo nerviosísimo.
Abrazos!!
Rosa, a esperar hasta el viernes.
Antonio, ¡me alegra saber que ya somos dos los que usamos la correa!