alquiler de buggies en Brasil

Si hace poco hablábamos del alquiler de coches en Brasil, hoy le toca el turno a sus primos pequeños, los buggies, muy populares en gran parte de la costa brasileña.

1. A favor, el glamour y las «manobras radicais»

Recorrer una playa subido en la parte trasera de un buggy mientras la brisa del mar azota tus cabellos y alzas tus brazos al viento. ¡Qué delicia! Me parece que buena parte de la atracción que ejerce el buggy radica en esa exposición a los vientos y su capacidad de rodar por la arena, donde los demás vehículos no llegan (a excepción de los 4×4 más poderosos).

Los buggies, son, además, los únicos protagonistas de las «manobras radicais», una forma de conducción arriesgada que transforma al pasajero del buggy en el ocupante del vagón de una montaña rusa, pero sin los mecanismos de seguridad de esta. Los buggies suben y bajan por donde nadie más lo hace.

2. En contra, la lista es larga

En este blog no somos grandes fans de los buggies -no hacemos ningún esfuerzo por ocultarlo- y a continuación encontraréis las razones.

• Hablábamos del glamour de circular por la playa en contacto con la brisa marina. En Brasil está prohibida la circulación de vehículos de motor por las playas. Independientemente de que esta prohibición no se respete en buena parte de la costa (con el riesgo que conlleva para la vida de los bañistas), esta prohibición acaba inmediatamente con una de las razones por las que nos parece atractivo el alquiler de un buggy. Si lo hacéis y tenéis pensado meterlo en la playa, sabed que estáis sujetos a una buena multa.
• Catalizador, combustibles no agresivos con el medio ambiente, bajas emisiones de carbono, son términos ajenos a la mecánica del buggy. El buggy no entiende de medio ambiente, es una auténtica locomotora que deja su marca olfativa y contaminante allá por donde pasa.
• Mecánica complicada. La letanía de turistas que se han quedado tirados a mitad de paseo en buggy es extensa. Los buggies son temperamentales, de mecánica frágil que en el caso de un buggy mal conservado puede suponer un susto durante el paseo. Y creednos, hay muchos lugares de Brasil en el que el estado de conservación de los buggies que se alquilan a los turistas es precario. Fernando de Noronha sería el mejor ejemplo de esta situación.
• Un grave riesgo para salud. Si en cualquier vehículo de motor sus ocupantes están obligados a circular con el cinturón de seguridad puesto, ¿por qué no sucede lo mismo con los buggies? Los buggies son vehículos en los que los pasajeros están expuestos sin estar asegurados por ninguna protección. Cualquier movimiento brusco y el pasajero sale volando. Cualquier vuelco, y el pasajero queda prensado por el peso del vehículo. Los accidentes con buggies son constantes en toda la geografía brasileña y el goteo de turistas víctimas de los mismos debe causar cuando menos preocupación (ojo con los buggies en Noronha, dos muertos en una semana).
• Un vehículo incómodo. Lo confieso, después de una hora sentado en la parte de atrás de un buggy, dejo de verle la gracia. Mis huesos se resienten, mis brazos se resienten, todo se resiente. Cinco pasajeros en un buggy es lo más parecido a una lata de sardinas. Olvidaos, por supuesto, de transportar cualquier tipo de equipaje porque no hay lugar para él. Con un sol de justicia, vuestra piel se va a freír en la chapa del buggy. Con lluvia, os calaréis hasta los huesos.
• No siempre es la alternativa más barata. Muchas veces alquilar un vehículo básico, con aire acondicionado, sale más barato que alquilar un buggy. Si de lo que se tratar es de llegar de A a B o de recorrer un lugar, el coche muchas veces es una opción muy superior al buggy. Y nunca olvidéis tener en cuenta que el buggy consume mucha más gasolina que un coche básico.

3. Aun así, quiero alquilar un buggy

La decisión es tuya, aquí nos preocupa que sea lo más informada posible. Tienes dos opciones, alquilar con conductor o sin conductor. En algunos lugares (quizás el más conocido sea Genipabú, cerca de Natal) no vas a tener otra opción que alquilar el buggy con el conductor, porque meterse en las dunas es solo para gente con mucha experiencia (lo que no evita que se produzcan muchos accidentes). En otras partes de Brasil puedes alquilar con o sin conductor.

En todos los casos, sigue siendo válida la recomendación que dimos en la entrada sobre alquiler de coches: os recomendamos encarecidamente que siempre leáis con mucha atención las condiciones del contrato de alquiler, así como las coberturas incluídas con vuestro alquiler. Tenéis que saber qué cubre el seguro exactamente y qué tendréis que pagar de vuestro bolsillo si le ocurre algo al vehículo mientras esté en vuestras manos.

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