Pocos serán los que no se hayan enterado de la peor catástrofe natural en tiempos recientes centrada en torno a la región de sierra de Río de Janeiro y que ha causado ya más de 500 víctimas mortales (Más de 500 muertos en la mayor catástrofe natural de Brasil, Desastre en Brasil: Dilma visitó las zonas inundadas y ya son 508 los muertos). Aunque Brasil no tiene ni terremotos ni volcanes está lejos de estar «bendecido por la naturaleza» -como reza la leyenda-. Es uno de los 10 países del mundo que más sufre todos los años con catástrofes naturales (principalmente derivadas de las lluvias torrenciales y de la sequía extrema).
Se trata de una reeedición a gran escala de la tragedia en Ilha Grande del año pasado, que a su vez se reprodujo a escala mayor en Niteroi. La catástrofe cuenta con el mismo cóctel explosivo de todos los años, las características lluvias torrenciales de esta época del año y las viviendas instaladas en las laderas de las montañas (con o sin la connivencia de las autoridades).
Sin querer extenderme más en un análisis de lo ocurrido, vamos a centrarnos en la temática de los viajes y el turismo:
- El que tuviera pensado visitar las localidades de Nova Friburgo, Petrópolis y Teresópolis debe necesariamente aplazar el viaje.
- El que tuviera como destino la costa del estado de Río de Janeiro (Paraty, Ilha Grande, Búzios, Arraial do Cabo, Cabo Frío), así como Río capital, no debe cambiar sus planes de viaje. No se ha producido ningún desastre de la magnitud contemplada en la sierra de Río, aunque las lluvias torrenciales típicas del verano caerán en la región con regularidad.
Si hubiera alguna novedad significativa, actualizaría esta entrada de inmediato. De lo contrario, vale lo dicho aquí.
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