Las tarjetas de memoria son a las cámaras digitales lo que los carretes eran a las cámaras analógicas. Son el soporte en el que quedan almacenadas nuestras imágenes. Existen tarjetas de diferentes tipos, marcas y tamaños. Entre las más populares están la Compact Flash y la SD. Pero existen otras. El usuario pocas veces tiene la opción de elegir la tarjeta, el modelo de cámara determina cuál es la que debe usar (ver cómo elegir la cámara en esta serie de apuntes).
Cuatro consejos rápidos a respecto de las tarjetas:
- tomad mucho cuidado al manosearlas. Evitad tocar en la parte de los contactos. Agarradlas siempre por la parte de plástico.
- las tarjetas tienen una vida útil. Cuantas más veces las formateéis, más acortáis esa vida útil. Intentad vaciar y formatear la tarjeta únicamente cuando esta esté llena o casi llena. Disminuiréis el ciclo de formateo de la tarjeta y aumentaréis su vida.
- hay gente que prefiere llevar una tarjeta grande en la que le caben todas las fotos de las vacaciones, otros prefieren llevar tarjetas pequeñas. Yo me sitúo en el medio. Prefiero llevar dos tarjetas medias en vez de una grande, por precacución. En caso de accidente con la tarjeta, no pierdo todo.
- llevad siempre más de una tarjeta, para que cuando la que tenéis colocada dentro de la cámara se llene siempre tengáis otra lista para ser utilizada.