Acaba de ser anunciado el nombre de la nueva compañía aérea low-cost de Brasil; se va a llamar Azul. La compañía es propiedad de David Neeleman, fundador de la JetBlue estadounidense (en Novedades en la aviación brasileña… dimos más detalles sobre ella).
Los lectores de De viaje a Brasil (y los de esa fuente inagotable de información sobre la aviación que es el Aquela Passagem! de Rodrigo Purisch también) ya eran conocedores del gran secreto desde hace varias semanas, parece que acertamos de lleno en las elucubraciones que publicamos al final de la entrada ¿De verdad que “tú eliges”?. Otros blogs publicaron sus propias teorías, ¡pero solo nosotros acertamos! En esa entrada, por cierto, explicamos la naturaleza sui géneris del concurso que llevó a la elección del nombre de la nueva compañía (en la propia página del concurso se lee: «a pesar de que Samba fue el nombre más votado, la empresa eligió el nombre Azul«).
Con el nombre elegido, ahora es solo esperar que la empresa comience a volar cuanto antes, y que la antológica metedura de pata en torno a la elección de su nombre no pase de ser una anécdota. Buena suerte a la Azul.
ACTUALIZACIÓN: parece que el nombre más votado fue «Samba», pero el elegido acabó siendo «Azul». Según declaraciones del dueño de la nueva aerolínea (Azul é o nome da nova aérea brasileira), «la elección del nombre fue el comienzo de un nuevo concepto de relación entre la empresa y sus clientes». ¿Cómo? ¿Los clientes eligen y luego la empresa hace lo que le da la gana? ¿Quién ha pergeñado esa «nueva relación»?
Hola Tony que tal?.No hay duda que con el tema de elegir el nombre se han hecho mucha publicidad y se habla de una compañia que todavia no funciona, pero como dijo alguien,no importa que el gato sea negro o blanco lo importante es que cace ratones,aqui no es el nombre lo importante,lo principal es que de buen servicio,que sea seria y no falte el respeto a los clientes ,ya que hay algunas compañias aereas que parece que vas de gratis y encima te hacen un favor.
Un nombre no se hace juntando cuatro letras,un nombre se hace dia a dia con un buen servicio.
Ahora a demostrar si son capaces de hacerlo.
Saludos desde Zaragoza.
(Te espero en Zaragoza para ese bocadillo de calamares, eh¡)
Tony:
Cito:
«la elección del nombre fue el comienzo de un nuevo concepto de relación entre la empresa y sus clientes”. ¿Cómo? ¿Los clientes eligen y luego la empresa hace lo que le da la gana? ¿Quién ha pergeñado esa “nueva relación”?
En realidad creo que no se trata de una relación nueva: en países con poca regulación y menos control del Estado, efectivamente,las empresas hacen lo que se les da la gana. Sólo que ésta, de alguna manera, ya lo ha avisado. O sea: si desde el momento en que para ponerle el nombre, sacan una campaña diciendo que el público lo elegirá y luego le ponen el que les viene en gana, NO QUIERO NI PENSAR qué harán con los pasajeros ya temporalmente cautivos de la empresa al tener su boleto pagado en la mano. Pero … atención! Porque ya están dando un aviso importante: sólo hay que saber leerlo correctamente. Y yo (al contrario que Pedro Gracia) dudo que quien empiece engañando, termine siendo honesto. Eso es así, tanto en las empresas como en el matrimonio.
Un fuerte abrazo desde Buenos Aires y, como siempre, felicitaciones por tu blog, excelente en contenido y forma
Rosa
Pedro y Rosa, gracias por vuestras contribuciones. Yo me quedo con un poco de lo que habéis dicho ambos. Por un lado, el pragmatismo de Pedro. Efectivamente, si el día que la empresa comience a volar da un servicio impecable al consumidor, ahí nos olvidaremos rápidamente de lo pasado y no se nos caerán los anillos a la hora de elogiar a la Azul.
Pero en estos momentos soy bastante escéptico y me inclino a pensar como Rosa. No se trata de una empresa cualquiera, se trata de una empresa que ha anunciado repetidamente que venía con una propuesta nueva. De ser así, tenían que haber extremado el cuidado con el márketing, cosa que no hicieron. Y coordinar el márketing de una empresa es mucho más fácil que hacer que los aviones vuelen puntuales. De la calidad del servicio de la empresa hablaremos cuando tengamos suficientes elementos de juicio, pero que no ha tenido un buen comienzo, ciertamente no lo ha tenido.