Os presento aquí una lista muy personal de 10 momentos llenos de emoción vividos en Brasil. La lista no sigue ningún orden especial.
- una tortuga enorme (hasta ese momento nunca te habías parado a pensar cómo pueden ser grandes las tortugas) nadando plácidamente a tu lado, en medio del silencio más absoluto; en tu camino se cruza un banco de peces que pasa delante de tus ojos a una velocidad mareante, mientras te vas acercando a un pecio alrededor del cual van y vienen miles de peces de colores. Bucear en Noronha debe ser una de las más experiencias más intensas que se puede vivir en Brasil.
- hasta cuatro y cinco delfines saltando fuera del agua al mismo tiempo, decenas de ellos acompañando el rumbo del pequeño barco en el que has salido a navegar. El encuentro con los delfines en Noronha es pura alegría.
- a pesar de los empujones, de la fila de turistas esperando para hacerse la misma foto con los brazos abiertos delante de la estatua, a pesar de la mala leche de los fotógrafos profesionales, a pesar de los vendedores ambulantes, cuando llegas al balcón, la vista desde el Corcovado que aparece ante tus ojos, esa ciudad tan increíble que es Río a tus pies, te transporta a otro lugar.
- el ritmo incesante de la percusión, esa música que no dejas de tararear hasta cuando estás durmiendo, la fiesta de colores y trajes deslumbrantes, el festival del bumba-meu-boi en São Luís es magia en estado puro.
- desde lo alto de la duna de la puesta de sol, en Jericoacoara, se divisa una panorámica preciosa del mar y las dunas. En una noche de luna llena, el sol se pone en el mismo instante que la luna se asoma, convirtiendo la experiencia en un momento inolvidable.
- la montaña rusa más radical que se pueda imaginar, pero sin cinturón de seguridad ni mecanismos que garanticen que el coche en el que estás montado no se salga del camino, así es un paseo en buggy por las dunas de Genipabú. Las tripas se te salen por la boca, te despides innumerables veces de amigos y familiares, tragas arena, el corazón ya no da más de sí.
- todo en el pueblo es especial, pero contemplar desde el puerto de Paraty cómo el sol se esconde detrás de la Sierra del Mar es un momento tan involvidable que puede abrir la puerta de pasiones eternas.
- una sucesión interminable de dunas y lagunas de aguas verdes, sin nadie a tu alrededor, solo el sol inmisericorde, pasear por los Lençóis Maranhenses es una experiencia que no se olvida con facilidad.
- es un ave de un color tan irreal, tan hipnotizador, que contemplar a los guarás cerca de la la playa de la Baronesa, en Alcântara, es un pasatiempo en el que la noción del tiempo se evapora por completo.
- el rugir de las aguas y el vapor de agua se sienten desde lejos, pero la fuerza del lugar se percibe únicamente en los metros finales del camino: asomarse a la Garganta del Diablo en las cataratas de Iguazú, resulta embrujador hasta el extremo de llegar a ser peligroso. Uno se van inclinando hacia adelante ensimismado contemplando el incesante fluir de las aguas [el punto de observación de la Garganta está en Argentina, pero gran parte del paisaje que se contempla desde él está en Brasil].
Quiero acabar la lista con una entrada fuera de concurso. Se trata de una emoción única, que puede ser vivida en cualquier parte de Brasil, pero solo una vez cada muchos años: pocas cosas se comparan a la explosión de alegría que acompaña una victoria de Brasil en el Mundial de fútbol. La última vez que ocurrió tuve la suerte de estar aquí para vivirlo. Fue en 2002.
Aquí está la lista de los Top 10 publicados en el blog hasta ahora.
Gracias por los 10 momentos emocionantes en Brasil! Me faltan la mayoria de los lugares, pero espero ir yendo de a poco. Uno de las emociones de las que no estoy tan segura, fue la del buggy en las dunas. No lograba despegar el paseo con la conciencia de que estabamos haciendo moco las dunas y que corriamos el riesgo de matarnos junto a un desconocido para quien evidentemente su vida no valia nada. A ver … en este mismo momento me propongo firmemente ir a Iguazu el invierno que viene. Cual seria el mejor mes (tendria que ser entre mayo y setiembre). Gracias!
Estoy llorando!esta vez por la belleza de lo que cuentas….
Todos los años hay accidentes en las dunas de Genipabú, estoy de acuerdo contigo, Talia. Yo no vuelvo a repetir la experiencia. Una cosa es el riesgo controlado, y otra el real.
Las cataratas en invierno no están tan majestuosas como el resto del año. ¡Vete a São Luís durante el bumba-meu-boi!
Lily, ya sabes que el próximo año te toca sumar más bellezas a tu lista.