No sé si habrá alguna persona en el planeta viajero que no sepa que los Juegos Olímpicos de 2016 se van a celebrar en Río de Janeiro. La ocurrencia de este evento nos lleva inevitablemente a preguntarnos si será una buena idea visitar Río de Janeiro durante 2016.
Que quede claro en todo momento que aquí no se están discutiendo los méritos de Río como destino turístico. Río de Janeiro es una ciudad increíble que cualquier persona que se interesa por Brasil debe conocer. Para ayudaros en la tarea, comenzad a leer por el texto destinos: Río de Janeiro, la puerta de entrada a toda la información que tenemos en el blog sobre la antigua capital de Brasil.
Lo que intentamos dilucidar hoy es si 2016 es el mejor año para visitar Río. No hay una respuesta simple, y nuestras consideraciones deben ser matizadas echando un vistazo al calendario:
1. Río en la primera mitad de 2016.
En principio, no vemos ninguna razón poderosa para descartar un viaje a Río en la primera mitad de 2016. Si fuera posible elegir otra fecha para ese viaje, lo haríamos. Río está patas arriba, con numerosas obras asociadas a la necesaria movilidad de los Juegos. Muchas de las mejoras en el transporte público de la ciudad y en algunas atracciones solo quedarán listas poco antes de los Juegos, por lo que el que viaje ahora no va a disfrutar de ellas al máximo.
Pero desde el punto de vista de los precios de la hotelería y servicios, no debe haber un incremento notable de valores hasta semanas antes de las fechas de los juegos.
2. Río durante los Juegos Olímpicos (del 5 al 21 de agosto de 2016).
El que viajó a Río durante el mundial de fútbol de 2014 ya sabe cómo fue la cosa en el terreno alojamiento: precios obscenos que obligaron a muchos a dormir a la intemperie o en lugares improvisados. En el caso de los Juegos Olímpicos, que se concentran en una gran sede y no están esparcidos por el país, es más que previsible ver una reedición de esos precios obscenos. Que el hundimiento o no de esos precios motivado por el escaso número de reservas (ocurrió durante el mundial) se vuelva a producir ahora es algo que no tenemos cómo saber. Pero lo que sí podemos recomendar es que una visita a Río durante los Juegos, y el gasto asociado a ella, queda reservado para aquellos fanáticos del movimiento olímpico que viajan allá donde se produzcan los juegos. O para aquellos afortunados que cuenten con alojamiento en Río en casa de amigos o familiares.
Es de prever que el efecto Juegos Olímpicos se deje sentir en todos los destinos del estado de Río, especialmente en lugares como Ilha Grande, Paraty o Búzios, por lo que habrá que estar al tanto también de cómo evoluciona la situación en esos destinos. Por esa razón, y por la más que previsible masificación de esos destinos, aconsejamos evitarlos en el período de los Juegos y las semanas anteriores y posteriores.
3. Río después de los Juegos Olímpicos.
Con Brasil sumergido en una severa depresión económica, no debe descartarse la posibilidad de visitar Río en la segunda mitad del año, especialmente a partir de octubre, cuando el efecto de los Juegos en los precios del alojamiento puede que ya se haya disipado (como también puede que no, como reflejo de una creciente demanda del mercado doméstico). Pero habrá que estar atento y observar con cuidado cómo andan las tarifas de la hotelería. No vemos grandes objeciones a viajar a Río en el último trimestre del año, más allá de lo que puedan costar los vuelos y la hotelería.
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