Si hay un asunto que solivianta el orgullo patriotero brasileño como ningún otro ese es la tutela de la Amazonia. Cualquier sugerencia de intervención internacional en la región hace que la sangre fluya con fuerza inusitada por las venas y los improperios emanen con la fuerza de un torrente por la boca. El francamente triste argumento -expuesto tanto por el hombre de la calle como por su célebre ahora ex-presidente- es que ya que los otros países destruyeron sus bosques Brasil también tiene derecho de hacerlo con los suyos. El argumento no se expone con esas palabras pero no hace falta un análisis semántico demasiado sofisticado para entender que es básicamente eso lo que se está planteando. Triste futuro le espera a la humanidad con argumentos tan sofisticados como éste.
En cualquier caso, el objetivo de esta entrada del blog no es, ni mucho menos, hablar de política, y sí plantear una realidad inapelable relacionada con los viajes: el turismo en la Amazonia es cosa de extranjeros.
Visitando recientemente la comunidad de Maguary en la Floresta Nacional de Tapajós, cerca de Alter do Chão (parte de un viaje maravilloso del que dimos detalles en excursiones en Alter do Chão), ojeé el libro de visitas donde los turistas que pasan por la localidad dejan su nombre y nacionalidad. En las dos páginas más recientes aparecían recogidas las siguientes nacionalidades:
Francia, Canadá, Canadá, Chile, Argentina, Finlandia, Francia, Francia, Francia, Brasil, México, Brasil, Brasil, Brasil, Estados Unidos, Estados Unidos, Alemania, Brasil, Brasil, España, Bélgica, Chile, Austria, Brasil, Alemania, Italia, Eslovaquia, Brasil, España, Francia, Brasil, Brasil, Brasil, Brasil, Sudáfrica, Australia, Dinamarca, Dinamarca, Alemania, Australia, Inglaterra, Inglaterra, Inglaterra, Sudáfrica, Australia, Alemania, Dinamarca, Francia, Brasil, Alemania, Israel, Alemania, Argentina, Argentina, Argentina, Argentina, Francia, Brasil, Suiza, Uruguay, Francia, Perú, Reino Unido, Israel, Reino Unido, Italia, Canadá.
Esta lista es un buen reflejo de aquel topicazo según el cual hacer turismo en la Amazonia sería cosa de extranjero. Más que de un tópico me parece que estamos hablando de una realidad incontestable. Se me ocurren varias razones que explican este fenómeno:
Así que si vais a la Amazonia y os encontráis una mayoría abrumadora de turistas extranjeros, no os sorprendáis. Es un reflejo fiel de la realidad del turismo en esa región de Brasil.
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