una decisión prudente

Cada uno tiene su propia forma de viajar y sabe los riesgos que quiere correr o asumir. Mi consejo en esta ocasión va dirigido a aquellos a los que no les gusta arriesgar demasiado en situaciones que pueden provocar un alto perjuicio económico. Para aquellos que voláis a Brasil, os recomiendo hacer noche siempre en la ciudad en la que esté vuestro aeropuerto de vuelta (o bien cerca de ella).

Independientemente del profesionalismo de la empresa de transporte que penséis usar para llegar a la ciudad donde está al aeropuerto, siempre hay una serie de imponderables sobre los que esa empresa no tienen ningún control. Cuanto mayor sea la distancia entre el punto de partida y el aeropuerto, mayores las posibilidades de que uno de esos imponderables os juegue una mala pasada.

Os cuento esto porque hace unas semanas alguien me consultó si era prudente tomar un autobús en Foz de Iguazú para llegar a Río de Janeiro con el tiempo justo para tomar el avión de vuelta a casa. No, prudente no lo es. Por muy puntual que sea la empresa, pueden surgir millones de sorpresas en el camino. En São Paulo, por dar un ejemplo, las carreteras y autopistas de acceso sufren cortes de varias horas cada vez que se produce una inundación o un accidente grave. Y no son ocurrencias excepcionales ni mucho menos.

Vamos con unos cuantos ejemplos prácticos:

• vacaciones en Boipeba o Morro de São Paulo, pasad la última noche en Salvador.
• vacaciones en Jericoacoara, pasad la última noche en Fortaleza.
• vacaciones en Paraty o Ilha Grande, pasad la última noche en Río de Janeiro.

Existen otros destinos, sin embargo, que están a una distancia lo suficientemente corta del aeropuerto (menos de dos horas) como para poder planear empalmar directamente con el mismo, siempre dejando un tiempo prudencial para el viaje:

• vacaciones en Praia do Forte, podéis ir directamente al aeropuerto de Salvador.
• vacaciones en Pipa, podéis ir directamente al aeropuerto de Natal.
• vacaciones en Porto de Galinhas, podéis ir directamente al aeropuerto de Recife.

El caso de Búzios y Arraial do Cabo es bastante peculiar, porque están a una distancia del aeropuerto de aproximadamente tres horas. Pero esa arteria vital para Río que es el puente Río-Niteroi suele dar sorpresas desagradables muy de vez en cuando. Mi consejo es que, si el horario de salida de vuestro vuelo coincide con la hora del rush en Río (el tráfico más intenso, por la mañana o al final de la tarde) contempléis seriamente pasar la noche anterior al vuelo en Río o salgáis con suficiente antelación de la playa para llegar sin problemas al aeropuerto. Aunque la inmensa mayoría de los viajeros llega a su vuelo sin problemas ya ha habido relatos en el blog de gente que perdió el vuelo por culpa del tráfico.