Si ayer hablábamos de las novedades en la aviación brasileña, hoy le toca el turno a la continuidad. Aprovechando que un lector me preguntó el otro día si se habían resuelto los problemas de la aviación comercial en Brasil y que Rodrigo Purisch acaba de publicar una actualización sobre el tema (Tudo Como Dantes no Quartel D’Abrantes), vamos a hablar una vez más de cómo están las cosas en los cielos brasileños.
El único cambio significativo en los últimos meses ha sido la ausencia de grandes jornadas de caos en los aeropuertos. Lo demás, sigue todo igual, o peor, y las innumerables promesas realizadas por las autoridades justo después de las tragedias aéreas han sido olvidadas como corresponde a cualquier político brasileño que se precie. Rodrigo señala algunos de esos olvidos:
- no hemos oído hablar de compra de radares nuevos e inversiones en el obsoleto sistema de control aéreo que está por detrás de la primera de las catástrofes (la del Boeing de la GOL).
- no hemos oído hablar de nuevos controladores aéreos a pesar de que la falta de personal fue denunciada hace ya más de un año como alarmante. Por si eso fuera poco, los controladores acaban de entrar en el Tribunal Supremo con una acción contra el comandante de la Aeronáutica por poner en peligro la navegación aérea en Brasil.
- sí que hemos sabido que la desmilitarización del control de tráfico aéreo, prometida por Lula, no se va a producir.
- el aeropuerto de Congonhas, de donde fueron desterrados los vuelos con escalas, vuelve a recibirlos de nuevo (la memoria de los brasileños es bien corta).
Y añado algunos otros olvidos:
- Lula prometió que en octubre sería anunciada la ubicación del nuevo (y en aquella época, imprescindible) aeropuerto de São Paulo. Ahora sabemos que ese aeropuerto está descartado, y que no están intentando vender una reforma del ya existente aeropuerto de Viracopos, en Campinas, como el «nuevo» aeropuerto de São Paulo.
- de la reforma urgente que necesita el lamentable aeropuerto de Guarulhos no hemos sabido nada. La construcción de la nueva terminal tampoco ha salido del papel.
- la reforma de la pista principal del aeropuerto de Guarulhos (obra con carácter de emergencia) está parada por falta de pagos a las empresas que la están llevando a cabo. Dos tercios de la pista ya han sido reformados, queda uno por hacer. Y montones de tierra a ambos lados de la pista. No hay fecha para la reaunudación de las obras.
- sabemos que no se construirá la anunciada tercera pista del aeropuerto de Guarulhos.
- no sabemos nada de la anunciada conexión por tren entre el aeropuerto de Guarulhos y la ciudad de São Paulo. Los medios de comunicación (y algunos blogs) divulgaron entusiasmados la noticia como si fuera un hecho consumado y no propaganda política pura y dura, mientras la mayoría de los ciudadanos de esta ciudad la recibían con el escepticismo del que ya ha pasado por anuncios semejantes muchas veces en su vida. ¿Se construirá? Probablemente. ¿En el próximo lustro? Lo dudo. Cuando el proyecto fue anunciado por primera vez me produjo hilaridad oír hablar del valor que iba a tener el precio del billete (R$25). Es la esencia de la política brasileña, tú prometes tonterías, que siempre va a haber gente dispuesta a divulgarlas y, peor todavía, gente dispuesta a votarte.
- también los medios de comunicación anunciaron con entusiasmo las nuevas medidas del gobierno para obligar a las compañías aéreas a indemnizar a sus pasajeros en casos de retrasos en los vuelos. No hemos vuelto a saber nada del asunto, y las medidas todavía no han sido aprobadas.
- el olvido más sangrante, sin embargo, es de la investigación sobre el accidente del boeing de la GOL en la Amazonia en octubre de 2006. Es escandaloso que 18 meses después todavía no hayan sido concluidas las investigaciones. De la investigación sobre la tragedia del airbus de la TAM meses después, mejor ni hablar. Me llena de tristeza pensar en las familias de las víctimas que contemplan como la investigación del accidente se ha convertido en un juego de encubrimiento de responsabilidades. Este sábado pasado los familiares de las dos tragedias hicieron una protesta conjunta (Parentes de vítimas dos vôos 3054 e 1907 protestam em 3 aeroportos). A uno le queda la impresión de que una nueva tragedia áerea no cambiaría mucho las cosas.
Al igual que en la vecina Argentina, desgraciadamente volar en Brasil sigue siendo una actividad no exenta de sobresaltos.
Eso sí, en los últimos meses los precios de los billetes para destinos nacionales subieron espectacularmente, y para conseguir comprar pasajes con los precios de antaño hay que recurrir a las promociones de la GOL, TAM y Varig.