Las dificultades a las que se enfrenta el turista extranjero que decide pasar unas vacaciones en Brasil son bien conocidas. Del gobierno brasileño se espera que tome medidas para remediarlas. Entre esas medidas no entra la esperpéntica actuación de Marta Suplicy, ministra brasileña de turismo, en una feria de turismo en Madrid, donde soltó la ametralladora verbal y nos regaló varias de esas perlas cultivadas a la que es tan aficionada. Me imagino que, lejos de Brasil, debió pensar que nadie iba a prestar atención a lo que decía. La noticia es de la BBC Brasil y la reproduce la Folha de São Paulo.
Suplicy tuvo la desfachatez de declarar, a respecto del interminable caos aéreo en el que se encuentra inmerso Brasil, que «las dificultades [sic], que duraron cuatro meses, ya acabaron«.
Embustera, no hay otro calificativo para describir la intervención de la Ministra de Turismo y, dicen, probable nueva alcaldesa de São Paulo. Sus declaraciones son absolutamente increíbles. Cómo se puede decir que fueron «dificultades», cuando los cielos del país pararon, cuando hubo dos catástrofes con centenares de muertos, cuando millares de personas pasaron horas y días de sus vacaciones tiradas en los aeropuertos. Cómo se puede decir que «duraron cuatro meses», cuando ya entramos hace unos meses en el segundo año de caos aéreo. ¡Y cómo se puede decir que ya acabó! Hace unos días escribí una nota al respecto (Atrasos en los cielos brasileños, poco ha cambiado) y por no cansar a los lectores del blog no recojo todo lo que sale en la prensa. Pero como la infame ministra me ha tocado la moral, aquí os va la portada de la revista Época de esta semana:
En el titular se lee: «PREOCÚPESE: Documentos inéditos de las Fuerzas Aéreas revelan que el riesgo de desastre aéreo no ha desaparecido».
Podéis leer un resumen del artículo aquí y enteraos de cómo nada ha cambiado en el espacio aéreo brasileño desde las dos tragedias y cómo el gobierno ha incumplido todas las medidas anunciadas para combatir la crisis. No se recomienda la lectura a aquellos que vayan a volar próximamente a Brasil, se os meterá el miedo en el cuerpo con los incidentes que han ocurrido en el espacio aéreo brasileño en los últimos meses y que milagrosamente no han resultado en otra catástrofe:
Entre las promesas incumplidas por el gobierno que cita la revista Época están:
Así las gasta el actual gobierno. Pero tampoco debe sorprender, ante el anuncio del calamitoso crecimiento de la destrucción de la Amazonas en el último trimestre del año pasado, Lula acabó de declarar que el problema de la desforestación de la Amazonas es un «tumorcito» que ha sido tratado como si fuera un cáncer antes incluso de ser diagnosticado. El grito de este blog es: intervención multinacional, ¡ya! Tanto en lo que se refiere a la inseguridad del tráfico aéreo como en la hecatombe medioambiental que está ocurriendo en la Amazona con la pasividad, cuando no connivencia, de las autoridades.
En Violencia y comparaciones inaceptables he comentado otras declaraciones de la ministra ese mismo día.
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