Langostas pequeñas

A juzgar por el diminuto tamaño de las langostas que os ofrecen en Brasil podéis llegar a pensar que se trata de una especie diferente de la que conocemos en Europa. No lo es. En algunos lugares del Nordeste conseguiréis encontrar la langosta grande, idéntica a la nuestra. En cuanto a la pequeña, no se trata de otra cosa que un bebé de langosta. Los pescadores de todo el Nordeste brasileño han esquilmado los bancos de langosta y llevado la especie al borde de la extinción. Lo que antes era una gigantesca industria exportadora, ahora está pasando por una crisis total, fruto de los desmanes cometidos por los pescadores. Se pescan langostas pequeñas, se pescan langostas durante la época de la reproducción, cuando está terminantemente prohibido hacerlo, y los resultados son los que cabía esperar. Estos desmanes no se restringen a la langosta; hace poco, un reportaje especial en televisión mostraba cómo la pesca con dinamita sigue siendo una práctica común en el litoral cercano a Salvador, sin que las autoridades tengan cómo controlar esta actividad.

Si vais a comer langosta, pedid primero que os la enseñen. Si es pequeña y os sentís inclinados a realizar un pequeño gesto medioambiental, rechazadla, explicando por qué lo hacéis.