Una historia de plagio entre blogueros de viajes con algunos análisis hechos a posteriori:
EPISODIO 1. Anteayer un blog de viajes en castellano publicó una entrada plagiada de mi blog.
DRAE, plagiar tr. Copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias. Se trata, por tanto, de un problema bien diferente al de la clonación de blogs o al de los scrappers.
Cuando lo descubrí decidí protestar de forma irónica y dejé un comentario en la entrada de ese blog con un enlace a un decálogo reciente que ha circulado por ahí en cuyo primer punto se lee: «no copiarás a otros blogueros». El comentario no apareció publicado y la entrada no desapareció.
ANÁLISIS: me pasé de listo. Tenía que haber sido directo y al grano: «está entrada es un plagio de mi blog y os solicito que la retiréis inmediatamente». Nada más.
EPISODIO 2. Muy enfadado, escribí una entrada en mi propio blog relatando lo sucedido: Sobre cómo no ser respetado en el mundo de los blogs.
ANÁLISIS: somos humanos y todo el mundo tiene derecho a desahogarse. ¿Podría haber esperado hasta resolverse el problema para publicar la entrada? Podría. La próxima vez lo haré. Pero tampoco voy a pedir disculpas por denunciar un plagio.
EPISODIO 3. Conseguí la dirección electrónica del responsable del blog en cuestión (que no es el autor de la entrada) y le mandé un correo escueto y directo en el que le explicaba la existencia de dos entradas plagiadas de mi blog y en el que le pedía la retirada inmediata de esas entradas. Le anunciaba también que iba a explicar el caso con detalle al día siguiente, y que prefería que las entradas ya hubieran sido borradas para cuando publicara mi entrada (que es la que estáis leyendo en estos momentos).
El responsable me mandó un correo electrónico al poco rato declarándose sorprendido y pidiéndome mi número de teléfono para conversar. Como mi tiempo es muy limitado le respondí que únicamente quería que retiraran las entradas del blog, nada más. Me parece que era el paso previo a cualquier contacto. Volvió a escribirme pidiéndome disculpas por lo sucedido.
ANÁLISIS: nada como el contacto directo con quien corta el bacalao, que a veces puede no ser consciente de lo que está ocurriendo (especialmente cuando se trata de redes de blogs en las que participan numerosos colaboradores).
EPISODIO 4. Las entradas han sido retiradas.
ANÁLISIS: eso era lo que quería y me alegro de no tener que continuar con esa pelea, porque ya he perdido bastante tiempo con ello.
Lorelle VanFossen, gurú bloguera donde las haya, tiene un interesante artículo en inglés sobre qué hacer si alguien te roba tu contenido: What do you do when someone steals your content. Lectura muy interesante que contiene información sobre los pasos que deben ser seguidos si la persona que ha plagiado tu contenido se niega a retirarlo – lo que afortunadamente no fue mi caso -. Una de las fuentes de referencia más completas que existen en Internet (también en inglés) sobre el tema del plagio es el blog Plagiarism Today.
No importa si tu blog es grande o pequeño, azul o amarillo, en español o en coreano. Tienes todo el derecho del mundo a que nadie te copie, y mucho menos te plagie. Muchos ya conocéis el proceso que dio lugar a De viaje a Brasil. La información sobre Brasil ya existía, la práctica de compartirla desinteresadamente, también (a través de foros de viajes), y el blog resultó ser el vehículo perfecto para dar continuidad a esa tarea de compartir. El proceso que ha llevado a la creación de algunos blogs que estamos viendo aparecer recientemente es diferente. Es evidente que la motivación económica prima, y que no siempre existe una información que sirva para apuntalar el blog. Y cuando no hay información, hay que salir a pescarla en otros ríos. Me temo que en tiempos venideros este tipo de episodios se repetirá con cierta frecuencia. Independientemente de lo que hagan los demás yo, por lo menos, voy a actuar siempre que me entere que me han plagiado.