Quería comentar brevemente el trágico incidente que ocurrió el miércoles en Fortaleza y en el que un turista español resultó gravemente herido al ser alcanzado por una bala disparada por la policía. La noticia ha aparecido hoy en El País (Un turista español, herido grave en Brasil por disparos de la policía al ser confundido con un ladrón), con su característica precisión (en el pie de página de la foto que ilustra la noticia se dice que el tiroteo ocurrió en Brasilia). El que quiera leer un texto más extenso en portugués, con declaraciones de la familia de dos de las víctimas que contradicen la versión de la policía, puede hacerlo aquí: PM diz que agiu dentro da Lei.
La situación de la seguridad en Brasil debe ser tratada con mucha seriedad, pero el incidente del miércoles ocurrió en unas circunstancias en las que nunca se van a ver metidos la inmensa mayoría de los turistas que visitan Brasil: circulando por la ciudad dentro de un modelo de vehículo típico de alguien con un alto poder adquisitivo, en la compañía de amigos residentes en el lugar. Una buena parte del crimen urbano es perpetrado contra ocupantes de vehículos – en la forma de atracos a mano armada o secuestros -. Al no ir en coche en las grandes ciudades os ahorráis automáticamente muchas preocupaciones.
Por otra parte, la tragedia ilustra la situación de un país en la que la policía dispara y luego pregunta (cuando lo hace) en respuesta a unos niveles de criminalidad descontrolados. Triste realidad la de Brasil, en la que uno ya no sabe si tiene más miedo de quien infringe la ley o de quien supuestamente está ahí para defenderla.