… un Airbus de la TAM se estrellaba en el aeropuerto de Congonhas, una tragedia que costó la vida de 199 personas. Del accidente se habló largo y tendido en el blog y poco hay que añadir en este momento.
Lo único que me interesa destacar hoy es que, un año después, la investigación oficial del accidente no ha sido concluida. Como tampoco lo ha sido la del accidente del Boeing de la GOL sobre el Amazonas, ocurrido hace un año y y 9 meses.
Como ya analicé en continuidad en la aviación brasileña, todas las promesas realizadas en los días y semanas que siguieron al accidente han sido olvidadas (cuando no han sido escandalosamente incumplidas). El sistema político brasileño se asienta firmemente en la convicción de que la memoria del elector es de cortísimo alcance. El sufrimiento queda reservado a las familias de todos los que fallecieron en ambas tragedias, que hasta el día de hoy no han recibido ninguna explicación oficial para las mismas y que sospechan que muchas de las circunstancias que contribuyeron a hacer posibles los accidentes están lejos de haber sido eliminadas de la aviación brasileña. Me gustaría mucho creer que de lo ocurrido en aquellos dos fatídicos días se ha extraído alguna enseñanza provechosa. Lo que leo y veo no me permiten superar la barrera de la incredulidad.