localización del aeropuerto de Congonhas

El aeropuerto de Congonhas, escenario de la más reciente tragedia aérea brasileña, se encuentra rodeado de ciudad por todas partes. Si exploráis el mapa que ilustra esta entrada con detalle veréis que no hay ni una sola esquina de la extensión del aeropuerto que no esté limitada por avenidas y casas. De los grandes aeropuertos del mundo que conozco, solo el Midway en Chicago se encuentra en una situación similar. Con la diferencia de que alrededor de Congonhas hay edificios de gran altura, especialmente en la dirección noroeste del aeropuerto.

Las pistas del aeropuerto están asentadas en una meseta elevada. En cada extremo de las pistas, hay un pronunciado declive de por lo menos 50 metros. Al contrario que una pista al borde del mar, donde un avión puede salirse y acabar flotando en el agua, en la pista de Congonhas no existe la posibilidad de continuar rodando fuera de la misma. Al que se sale de la pista le espera una pronunciada caída sobre una de las avenidas que rodean al aeropuerto.


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La aproximación a Congonhas desde la dirección noroeste es impresionante. El avión pasa rozando las terrazas de los rascacielos.

Cuando Congonhas fue construído, estaba en las afueras de la ciudad. São Paulo acabó tragándose al aeropuerto brasileño más importante. La posibilidad de construir un tercer aeropuerto para São Paulo es completamente descartada por las autoridades. Ese dinero que existe para traer el Mundial de Fútbol a Brasil no aparece cuando de lo que se trata es de subsanar las deficiencias más graves en la precaria infraestructura de transportes brasileña, completamente abandonada durante años, y en franco progreso de deterioro.

La reciente actuación del gobierno brasileño en Congonhas, reformando la terminal del aeropuerto, creando un garaje y un acceso subterráneo, y dejando el mantenimiento de la pista como prioridad última deja ver a las claras que de las autoridades de Brasil poco se puede esperar.

Se seguirá hablando de Congonhas, y mucho, durante los próximos meses. A pesar de todo eso, es altamente improbable que nada cambie

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