Las vacas de la Cow Parade también pasaron por Brasil, más concretamente por São Paulo. Las calles de la ciudad se llenaron de rumiantes de todos los colores y sabores (muchas de las pobres vacas tuvieron partes de sus esculturas robadas o rotas al poco de ser colocadas; la caótica organización de la muestra anunció la colocación de un número de vacas determinado, acabaron colocando la mitad de esa cifra).