viaje a Barra Grande

El Rincón del viajero del blog recibe hoy la colaboración de nuestros amigos Pablo y Evangelina, que viajeron hace poco a Barra Grande, en el estado de Bahía, llegando desde Boipeba. Muchas gracias por vuestra colaboración.

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Por empezar, si a Boipeba era difícil de llegar, mucho más lo es llegar a Barra Grande. Desde Boipeba salimos a las 8 am en lancha rápida de 40 minutos hacia Valenca, Allí debimos tomar un taxi de R$ 12 desde la terminal fluvial hasta la rodoviaria, que queda a unas 15 o 20 cuadras atravesando un pueblo bastante caótico con mucho tránsito para ser un pueblo del interior. En la rodoviaria tomamos un servicio de omnibus convencional de Cidade Sol, que tardó dos horas y «mil doscientas» curvas hasta llegar a Camamú atravesando varios pueblos pequeños y parando a todo aquel que levante la mano en el camino. Después supimos que había un servicio executivo de Aguia Branca que supuestamente sólo para en las terminales de los pueblos pero no en el resto del recorrido. El viaje salió R$ 10 por persona aproximadamente.

En Camamú el omnibus te deja justo en «el puerto» para tomar la lancha rápida de 30 minutos hasta Barra Grande por R$ 25 cada uno.

Barra Grande es un pueblo que a diferencia de Boipeba ya recibió la llegada de varios inversores y propietarios europeos con lo cual ya cuenta con algunos comercios y posadas «lujosas» que no se condicen con el estilo original del lugar. Además, como también se puede acceder desde Itacaré con auto, moto o cuatriciclo, hay bastante tránsito a pesar de las calles que son en su totalidad de arena. esto le aporta una cuota de ruido extra, que hizo que algunas noche extrañáramos la tranquilidad de Boipeba. Sin embargo con el correr de los días nos fuimos enamorando de sus atardeceres en el mar y del agua cálida y transparente. Además durante los días de semana el bullicio bajaba considerablemente. Hacia el lado de la Ponta do Mutá hay posadas y bares de la playa que desde el atardecer ponen música electrónica a un volumen considerable pero que a los turistas europeos les encantaba por lo que solían pasar las tardes allí.
Lo que más nos gustó fue ir a recorrer la península de Maraú en cuatriciclo, porque se puede acceder a playas cuasivírgenes, desiertas y de difícil llegada si no es por este medio o contratando excursiones. en temporada alta el alquiler cuesta R$ 200 todo el día, pero como fuimos la primera semana de marzo, antes del carnaval, nos salió R$ 120.

La contra de la temporada baja es que muchas excursiones, sobre todo las que se hacen hacia el lado de Maraú, no salían porque no llegaban a juntar la cantidad de gente necesaria. Lo que sí salía normalmente, es el servicio de jardineras, una suerte de camioneta que atrás tiene dos filas de asientos enfrentados para que viaje la gente, y que te lleva hasta Taipú de fora principalmente por R$ 7,50 por persona. Taipú de Fora queda a unos 7 km de BarraGrande pero por la playa se hace m,ás largo y termina llevando 2 horas y media de caminata a pleno sol. Este lugar cuenta con una de las mayores atracciones de la región como son las piscinas naturales que se forman con la marea baja, siempre mejor con luna nueva o llena. Desde taipú de Fora no hay que tomar lancha puesto que las piscinas quedan sobre la playa. Allí el agua es super cálida y transparente, y la fauna marina es básicamente la misma que se ve en otras excursiones de mergulho, (creo que en ilha Grande, sobre todo en lagoa Verde, vimos mayor diversidadd de especies).

Como llegamos sin tener alojamiento previamente reservado, y despues del extenso viaje, nos metimos en la primera posada que nos ofrecieron a 50 mts del cais, lo de María Fimina, por R$ 50 la doble con ventilador y desayuno (muy pobre por cierto), pero más no podíamos pedir por ese precio. Estuvimos dos dias alli y mientras ibamos viendo otras opciones de posadas más lindas. Terminamos contratando 5 dias en Pousada El Capitán, con pileta, aire acondicionado, y un excelente desayuno con panadería horneada en el lugar en el mismo momento, Allí pagamos R$ 85 la noche, precio que nos pareció por demás apropiado teniendo en cuenta la buena calidad del servicio que nos ofrecieron. queda a 4 cuadras del cais y a cincuenta metros de la playa principal de Barra Grande.

Para comer alternamos entre Donna Senhora, frente a la plaza, típicamente brasilero, familiar y prato feitos desde RS 15 y platos a la carta desde R$ 20 que incluso alguna noche sin mucho hambre, compartimos entre dos. También fuimos a un bar de al lado de la iglesia que ofrecía menúes de hamburguesas y lomitos además de pizzas y buenos tragos. No recordamos el nombre, pero sí que la atendía una pareja argentino-brasilera.

A la vuelta nos tocó viajar hacia Salvador en viernes de Carnaval, con lo cual fue bastante cansador, ya que salimos a las 8 am de Barra Grande para llegar al Pelourinho a las 15.30. Lancha rápida a Camamú, luego las 4 horas de omnibus hasta Bon Despacho,(R$ 25 por persona) y como teníamos alojamiento en pelourinho, nos convenia tomar, no el ferry, sino las lanchas que salen del otro terminal maritimo de Bon Despacho, o sea un taxi de R$ 15, y allí sí la lancha que nos dejó al pie del elevador Lacerda, pero ese es otro «sambar»…