Por su sonoridad y nombre exótico (que viene del tupí «estruendo») pororoca podría ser un buen título para una película de serie B, al estilo de Anaconda, Tarántula y demás subproductos yanquis ambientados en tierras tropicales. Aunque la realidad de la violenta ola llega en ocasiones a ser trágica, resulta difícil no quedarse embobado y admirado contemplando la pororoca, la mayor ola del planeta.
La pororoca es un fenómeno provocado por el encuentro de las aguas del Amazonas con las del Océano, y es más intenso cuando cambian las fases de la luna, muy especialmente durante mareas especialmente altas. Al aumentar el nivel de las aguas oceánicas, éstas invaden la desembocadura de los ríos, formando olas que tienen decenas y hasta centenas de metros de ancho y hasta cinco metros de altura, y que avanzan a una velocidad de treinta a cincuenta kilómetros por hora. Como el cauce del río es irregular, es imposible saber cuándo se va a formar la pororoca y cuál va ser su altura, fuerza y duración.
Hay varias olas de ese tipo en todo el mundo, aunque las más espectaculares se producen en el norte de Brasil, en la desembocadura del Amazonas y muy especialmente en el río Araguari, en el estado de Amapá.
He seleccionado un vídeo para esta entrada que es un trailer de un documental sobre la actividad que ha hecho que la pororoca sea conocida internacionalmente: el surf. La posibilidad de poder hacer surf sobre una ola que no se acaba nunca es el sueño de muchos practicantes del deporte. Como la pororoca sigue su marcha durante decenas de kilómetros, ofrece una oportunidad única de convertir ese sueño en realidad. Algunas de las imágenes del vídeo son realmente espectaculares. Veréis como las lanchas motoras se tienen que poner delante de las olas para dejar que los surfistas bajen al río y se suban a la cresta de la ola.
El récord mundial de mayor distancia recorrida encima de una tabla de surf es de 10,1 kilómetros, y fue establecido por el brasileño Sérgio Laus, que surfeó durante 33 minutos ininterrumpidos en el río Araguari. Ni os cuento la forma física que hay que tener para mantenerse encima de una tabla todo ese tiempo. El récord de tiempo surfeando la pororoca lo tiene otro brasileño, Picuruta Salazar, con increíbles 37 minutos.
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