fotografías imposibles

Uno de los ejercicios más interesantes que hice en un par de cursos de fotografía realizados en Edimburgo fue el análisis de las fotografías que no nos habían salido bien (nuestro profesor, excelente fotógrafo él, siempre decía que podíamos aprender mucho más de nuestras fotografías malas que de las buenas).

Y, con bastante frecuencia, el problema de la fotografía no era otro que haber intentado captar algo que no era posible (por una serie de razones). Ese concepto de la imposibilidad de realizar una buena fotografía en determinadas circunstancias es bastante interesante y produce dos efectos inmediatos:

– por un lado, no nos obsesionamos con superar obstáculos aparentemente insuperables.
– por otro lado, nos obligamos a buscar alternativas creativas.

¿Qué sería una fotografía imposible? Una fotografía nocturna cuando no tenemos trípode o lugar alguno en el que apoyar la cámara. O la fachada de una iglesia con el sol detrás. Como no hay cómo mover la iglesia, muchas veces no habrá cómo realizar la fotografía, y nos obligaremos a volver en otro momento del día (recordad la entrada ¿dónde está el sol?). Muchos de los errores de los viajeros que fotografían están provocados por el sol. Tened siempre presente que una fotografía de un paisaje que tenga el sol delante vuestro va a ser siempre problemática.

Por otro lado, podemos aprovechar las circunstancias adversas para ser más creativos. Detrás del siguiente guanaco estaba el sol. Era absolutamente imposible realizar una fotografía que captase los matices y sutilezas de la piel del animal sin quemar por completo el fondo. El bicho estaba en movimiento y colocarme al otro lado me habría llevado diez minutos. La alternativa fue optar por un contraste total y una fotografía diferente.

ÍNDICE de los APUNTES DE FOTOGRAFÍA VIAJERA