Cualquier frutería o puesto de mercado brasileños son un auténtico festival de colores, olores y sabores (no hace muchos días nos asomamos rápidamente en el blog a ese templo del color y el sabor que es el sacolão). A veces la sorpresa no recae únicamente en lo exótico (por abundante y admirable que él sea), sino que en las frutas más cotidianas Brasil también nos da un baño de variedad. Fijémonos, si no, en las bananas (los plátanos peninsulares).
En la fotografía veis -en el sentido de las agujas del reloj- cuatro tipos de bananas: nanica, prata, da terra y ouro . Y se quedaron fuera varias otras (figo, maçã, …).
El día en el que las identificas a la perfección y, no solo eso, sabes anticipar sus usos y propiedades, te das cuenta de que tu proceso de aculturación avanza con firmeza.