Más leña en la hoguera

El presidente Lula, que un día sí otro no nos pone los pelos de punta con sus declaraciones (esta semana se quejó de que se hablase demasiado de la existencia de trabajo esclavo en Brasil), ha realizado su pequeña contribución a la crisis de las aduanas:

‘Não é possível, depois de tantos anos de relação, que a gente tenha brasileiros sendo proibidos de entrar na Espanha’ (texto completo en O Globo).

A estas alturas, creo que pocos discuten que hay dos elementos completamente diferentes en torno a la cuestión de la crisis:

– no se está dejando entrar en la Unión Europea a ciudadanos brasileños (y de otros países) que llegan sin tener toda la documentación exigida por la legislación comunitaria (dos brasileños especialistas en Derecho Internacional consultados por el Estado de São Paulo están de acuerdo en que España actuó correctamente en esos casos).

– algunos de esos ciudadanos brasileños (y de otros países) a los que no se les permite entrar en la Unión Europea están recibiendo un trato incompatible con el respeto y la dignidad al que todo el mundo tiene derecho.

La declaración del máximo mandatario brasileño deja bien clara la intención deliberada de mezclar esos dos asuntos. ¿Qué tienen que ver los años de relación entre España y Brasil para que se deje entrar a gente que no tiene la documentación exigida por las leyes del otro país? ¿Lula está exigiendo que España libere la entrada de brasileños?

Lo que el gobierno brasileño tenía que haber hecho, en vez de inmiscuirse en cuestiones que no le competen, como es la legislación de otro país soberano, es una defensa enérgica de sus ciudadanos frente a los supuestos malos tratos que estos estaban sufriendo. En vez de bravuconadas, tendría que haber movilizado al consulado y la embajada en Madrid para que dieran apoyo a sus ciudadanos. Tendría que haber documentado de todas las formas posibles los supuestos abusos para después procesar al estado español en tantos cuantos foros internacionales fuera necesario.

Pero no, es más fácil aprovecharse del sufrimiento de su gente para orquestar una campaña con fines bien diferentes. El gobierno brasileño lo acaba de anunciar, habrá un trato más duro contra los turistas españoles que llegan a Brasil (Garcia confirma fiscalização mais dura sobre turistas espanhóis). Al tratarse de una acción dirigida exclusivamente contra turistas españoles, no me cabe la menor duda de la naturaleza xenófoba de la misma. No olvidemos que, cualesquiera que sean los abusos cometidos por el estado español, no han ido dirigidos específicamente contra ciudadanos brasileños: bolivianos, paraguayos, colombianos, africanos, todos han recibido el mismo tratamiento. Brasil responde actuando exclusivamente contra los turistas españoles, con premeditación y alevosía. Hasta la fecha de hoy no hay una sola página web oficial en la que los turistas españoles puedan descubrir cuáles son esas nuevas exigencias impuestas por Brasil solo a ellos.

Realmente, la diplomacia brasileña ha perdido la cabeza.

Scroll al inicio
Ir arriba