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Actualización MUY IMPORTANTE de febrero 2012: nuevos requisitos de entrada a Brasil para los turistas españoles
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La nefasta actuación de la diplomacia brasileña y la histeria de los medios de comunicación brasileños han permitido la increíble escalada en los últimos días de una crisis entre Brasil y España que nunca debía haber existido.
Veamos en primer lugar la secuencia de eventos:
1. Las autoridades del espacio Schengen europeo (del cual forma parte España) han endurecido los criterios de admisión aplicados a los extranjeros extracomunitarios que llegan a cualquier país del espacio, sean estos brasileños o de cualquier otro país. La legislación española (de mayo de 2007) está disponible en Internet para el que quiera consultarla, especialmente las disposiciones sobre cómo los extranjeros tienen que acreditar tener medios económicos suficientes para poder entrar en España (ORDEN PRE/1282/2007). La legislación española se deriva de la normativa europea para el control de fronteras.
2. Como resultado, un número creciente de brasileños que llega al aeropuerto de Madrid (lo mismo está ocurriendo en Londres, y en menor medida, en otros aeropuertos de la Unión) son enviados de vuelta a Brasil por no llegar con toda la documentación exigida por las autoridades del espacio Schengen. Las expulsiones de brasileños se vienen produciendo desde hace meses, y suelen aparecer registradas en pequeñas notas de la prensa brasileña. Es importante recalcar que en absolutamente todos los casos los brasileños expulsados lo han sido por no tener toda la documentación exigida por las autoridades de la Unión Europea (esta afirmación no es mía y sí de alguien tan poco sospechoso como el Superintendente de la Policía Federal brasileña en Bahía; ver más datos al final de la entrada).
3. Algunos de los brasileños (y ciudadanos de otros países) retenidos en el aeropuerto de Barajas están recibiendo un trato incompatible con los derechos humanos. Permanecen aislados durante largo tiempo sin conseguir entrar en contacto con familia o representantes.
4. Solo cuando dos universitarios brasileños de clase alta (que en la sociedad brasileña creen constituir una casta privilegiada – de hecho, lo son, nunca jamás pisarían una cárcel común porque como universitarios tienen derecho a un trato diferente del resto de los ciudadanos -), que estaban camino de Lisboa donde iban a participar en un congreso académico, tuvieron su entrada denegada por no tener los documentos que acreditasen su participación en el congreso, los medios de comunicación brasileños comenzaron a dedicar más atención a la crisis. La cobertura informativa se centra en la tragedia humana y se deja sistemáticamente de lado un hecho crucial: en todos los casos, los brasileños enviados de vuelta a su país no reunían los documentos exigidos por el gobierno español para entrar en el país. Barrado injustamente es la expresión de moda. El tema común en el discurso de la prensa es que los brasileños están siendo víctimas inocentes de los españoles y hay que hacer algo al respecto. El amarillismo de la cobertura informativa se ha intensificado notablemente en las últimas 48 horas, y ayer, por ejemplo, un universitario retenido en Barajas hablaba por teléfono de «tortura en la cárcel» porque en el cuarto con literas en el que se encontraba había una bombilla que no era apagada por la noche. Es interesante, porque una de las quejas más frecuentes de los brasileños detenidos es que permanecen incomunicados sin poder hablar con sus familiares; los telediarios brasileños ya han emitido varias entrevistas telefónicas con los brasileños «incomunicados», que parece que no están encontrando muchos problemas para hablar con los medios de comunicación brasileños.
5. La intervención del Itamaraty (Ministerio de Asuntos Exteriores Brasileño) ha dado un nuevo empujón a la crisis. En una nota oficial emitida por el ministerio se afirma que las autoridades brasileñas «están estudiando la adopción de medidas apropiadas en respuesta a lo ocurrido, pasando a considerar, inclusive, el principio de la reciprocidad». El Itamaraty ha expresado al gobierno español que la expulsión de brasileños que intentan entrar en España sin la documentación en regla es incompatible con las buenas relaciones entre los dos países.
6. La Policía Federal brasileña impidió la entrada en Brasil a 8 españoles que habían llegado al aeropuerto de Salvador (Oito espanhóis são impedidos de entrar no Brasil). El argumento fue que no consiguieron probar que tenían recursos suficientes para su permanencia en Brasil. Desde que estoy en Brasil, hace casi siete años, no recuerdo ningún caso similar. Las autoridades afirman que la deportación de los españoles no tiene nada que ver con la crisis actual. Ha vuelto a haber expulsiones de españoles en Natal, Fortaleza, Salvador y Río de Janeiro.
Hasta aquí, lo último de la crisis. Como se está desarrollando a una velocidad de vértigo, es difícil saber dónde va a acabar. Sinceramente, resulta absolutamente incomprensible e intolerable que se estén mezclando dos asuntos completamente diferentes:
– por un lado, el trato vejatorio sufrido por algunos brasileños a los que se les ha negado la entrada en España. Es intolerable y no creo que haya nadie que lo sancione, ni aquí ni en España. El Ministerio de Asuntos Exteriores brasileño tiene todo el derecho de levantar la voz y denunciar los abusos perpetrados contra sus ciudadanos, y salir en su defensa. Pero, ¿están proponiendo que los españoles que vienen a Brasil también sean víctimas de malos tratos?
– por otro lado, el hecho incontestable de que todos cuantos han sido enviados de vuelta a Brasil lo han hecho porque les faltaba algún documento exigido por España (que, no olvidemos, está poniendo en práctica una normativa que le exige la Unión Europea) para entrar en el país. España es un país soberano, y como tal determina los requisitos que exige a ciudadanos de otros países que quieren entrar en él. ¿El gobierno brasileño y la prensa de este país están exigiendo que España (en realidad, la Unión Europea) cambie su legislación? Parece que sí, puesto que fuentes del Itamaraty han repetido varias veces que es inadmisible que tantos brasileños tengan su entrada en España negada. Lo que el gobierno brasileño tendría que hacer es preocuparse en informar mejor a sus ciudadanos y a sus agentes de viajes. Brasil no tiene absolutamente ningún derecho de cuestionar la legislación de otro país.
Lo peor de todo, y lo que más me llena de pesar, es que la crisis ha abierto las puertas a una ola de xenofobia antiespañola cavernícola, azuzada por unos medios de comunicación que han realizado un juicio sumario y emitido su veredicto: inocentes, los brasileños que intentan entrar en la Unión Europea sin los documentos exigidos por ésta; culpables, las autoridades españolas y, por extensión, todos sus ciudadanos. Esta última afirmación puede parecer una exageración. Por eso presento a continuación el contenido de una encuesta del conservador Estado de São Paulo, uno de los periódicos más respetados de Brasil. En la encuesta se lee (los porcentajes reflejan los resultados de la encuesta cuando efectué la consulta):
¿Le parece que Brasil debería adoptar medidas contra los españoles?
El gobierno estudia limitar la entrada de españoles a Brasil, en respuesta a la frecuente deportación de brasileños que intentan desembarcar en Madrid. Entre los perjudicados están académicos e investigadores invitados a participar en eventos en Europa. ¿Le parece que Brasil debería adoptar alguna sanción?
7% – No, porque los ciudadanos españoles no deben pagar por los errores de su policía aduanera
6% – No, porque el turismo brasileño va a perder con esa medida
37% – Sí, porque es la única forma de protestar contra los abusos de los europeos contra brasileños
50% – Sí, porque la deportación de españoles va a forzar a ese país a revisar sus reglas con respecto a Brasil.
La citada encuesta marca una página triste en la historia del periodismo brasileño y debería pasar a los anales de la xenofobia. En el telediario nocturno del canal populista SBT, su presentador, un conocido periodista, señaló que la respuesta de Brasil ante la actual crisis podría incluir medidas contra las empresas españolas en este país. Ahí sí que estamos entrando ya en un nuevo y asustador terreno. Espero que haya algún diplomático de carrera en el Itamaraty que tenga dos dedos de frente y se dé cuenta de la situación que se está creando. ¿O será que la crisis es intencional y tiene como objetivo último alcanzar al capital español que está entrando en Brasil con inmensa fuerza en los últimos años y ganando importantísimos contratos gubernamentales? Para el que piense que esto no pasa de una teoría conspiratoria, lean las últimas declaraciones del Ministro de Asuntos Exteriores brasileño. Después de decir que le parece uma coisa extraordinária, inacreditável que España no deje entrar en su territorio a brasileños que no están con todos los documentos exigidos, añade que la actitud de España «es incompatible con su estatus de segundo inversor en Brasil». Ahí queda.
En cualquier caso, vuelvo a destacar el pesar que me causa ver ondear la bandera de la xenofobia. Especialmente en un país que alberga a tantos españoles y que fue construido con la aportación de pueblos de Europa, África, Asia y América. Un país que recibe tan bien a la gente de fuera, y en el que los surtos de xenofobia hasta ahora estaban confinados a las relaciones deportivas con Argentina. He estado leyendo comentarios sobre el asunto en blogs brasileños y comienzo a sentir miedo. La xenofobia es un mecanismo perverso que una vez puesto en funcionamiento se extiende como un virus. He leído decenas de comentarios en los que se pide que los españoles sean sometidos a los mismos tratos vejatorios que supuestamente han recibido algunos brasileños en Madrid.
Consejo a los que tienen planeado un viaje a Brasil
En estos momentos es difícil saber hasta dónde va a llegar la crisis. Mi consejo a todos los que tengan planeado un viaje a Brasil, es que llevéis con vosotros todo tipo de documentos que permitan demostrar que estáis en posesión de dinero suficiente para costearos vuestra estancia en el país. Igualmente, llevad un comprobante de la reserva de alojamiento. Mientras un ciudadano brasileño puede informarse con todo tipo de detalle de los requisitos que va a tener que reunir a la hora de entrar en España, un ciudadano español no tiene acceso a un tipo de información similar. Simplemente no existe, no hay unos baremos estipulados. Queda todo al libre albedrío del agente de aduanas. Todo indica que las medidas de las autoridades están dirigidas específicamente a ciudadanos españoles por el mero hecho de portar un pasaporte de este país. No se ha hablado de medidas similares contra ciudadanos de otros países europeos. Mejor venir precavido.
Continuaremos cubriendo la crisis en este blog. Si la situación comenzara a deteriorarse, llegaremos a una conclusión ineludible: cambiad Brasil por Argentina, donde todo el mundo es bien recibido, hay bellezas naturales comparables con las brasileñas, es más barato, fuera de las grandes ciudades es más seguro, y no se está fomentando ninguna campaña de linchamiento contra los ciudadanos españoles.
[gracias por tantos datos, Daniel]
[Se você for brasileiro e quiser saber as exigências feitas pelas autoridades espanholas para quem visita o país, leia o completissimo post do Rodrigo Purisch: Barrados na Espanha 2: As Regras Espanholas. Na maré de histeria que tomou conta da mídia brasileira, finalmente alguém contribui a informar e não a aumentar a tensão]
ACTUALIZACIÓN [15 de julio 2007]. De una fuente poco sospechosa de racismo antibrasileño proceden las declaraciones más jugosas de toda la crisis. El Superintendente de la Policía Federal brasileña en Salvador dio una entrevista que puede ser leída en el Correio da Bahia. Como no sé cuánto tiempo permanecerá la entrevista disponible a través de Internet, resumo aquí tres puntos centrales de lo que dice el alto mando policial:
– todos los brasileños expulsados de España este año lo fueron porque les faltaba algún tipo de documento exigido por las autoridades de inmigración españolas. Todos fueron expulsados justamente.
– la polémica creada en los medios de comunicación brasileños se debe a que los expulsados se quisieron hacer pasar por víctimas y contaron lo que les interesó a los medios de comunicación.
– el alto mando tuvo acceso sin restricciones a las salas en las que permanecen los brasileños en Barajas antes de volver a Madrid. Según el policía, que destaca que sabe cuándo lo que está viendo es real y cuándo es un montaje de las autoridades para lavar la imagen del país, la estructura de alojamiento es completa, con salas separadas para hombres y mujeres, baños limpios, máquinas de agua, chocolate y café, y comida suministrada por las aerolíneas. E «innumerables» teléfonos públicos. No vio en ningún lugar señales de malos tratos.
Repito, afirmaciones de un alto mando policial brasileño. Queda la duda. Si todo eso que está afirmando es verdad, ¿por qué la policía federal, de la cual es un alto mando, ha actuado de forma vengativa contra españoles para lavar el honor de brasileños injustamente expulsados de Brasil?
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