Por lo menos durante unos cuantos días iré actualizando las informaciones que van surgiendo sobre el accidente de esta semana en Congonhas. La repercusión del mismo va mucho más allá de la trágica muerte de dos centenares de personas. Ayer nos informaron que una turbina del Airbus tenía problemas. Numerosos especialistas en aviación consultados por […]
Por si surgiera la confusión en algún restaurante: el coelho portugués (cuya pronunciación se parece a «cuello») es nuestro conejo. Nuestro cuello se dice pescoço en portugués.
En las últimas horas se han sucedido las noticias sobre las posibles causas del accidente aéreo en Congonhas. Muchos habréis visto las imágenes realizadas por las cámaras de Congonhas en las que se ve el airbus de la TAM pasando por la pista a toda velocidad (Vídeo). Se oyen ya muchas voces – especialmente gubernamentales
Hace varios meses me referí en Estado del Patrimonio de la Humanidad en Brasil a un estudio que analizaba el estado de conservación el patrimonio histórico en Salvador de Bahía (junto con las cataratas de Iguazú y el Pantanal). Este domingo, la Folha de São Paulo dedicó una página entera a un reportaje sobre la
En la tragedia de Congonhas parece no haber intervenido ese componente central en la caída del Boeing de la GOL sobre la selva amazónica que fue el control del tráfico aéreo. Sin embargo, no se trata de un accidente aislado, y solo se entiende en el contexto de la crisis que vive el sector aéreo
El aeropuerto de Congonhas, escenario de la más reciente tragedia aérea brasileña, se encuentra rodeado de ciudad por todas partes. Si exploráis el mapa que ilustra esta entrada con detalle veréis que no hay ni una sola esquina de la extensión del aeropuerto que no esté limitada por avenidas y casas. De los grandes aeropuertos
[continuación de ¿Hasta cuándo? la crónica casi en directo de la tragedia en Congonhas] Gracias a los que habéis dejado durante las últimas horas comentarios sobre el desastre aéreo en Congonhas. A muchos os ha sorprendido leer textos escritos hace meses que describían fielmente la tragedia que se nos venía encima. Ni soy vidente, ni
