A mi entrada anterior le faltó un detalle importante. En su discurso a los brasileños, Lula no anunció la dimisión de ninguno de sus subordinados. Así, después de 10 meses de caos, y con 350 muertos en accidentes aéreos, absolutamente ninguna autoridad ha perdido el cargo como resultado de su incompetencia para garantizar la seguridad de la navegación aéreo en Brasil.
Y ahora, la última hora: Falha de radar na Amazônia interrompe 9 vôos internacionais (Estado de São Paulo).
Un fallo en el radar obligó a cuatro vuelos que venían de Estados Unidos con destino a Brasil a volver a su punto de partida, y a cinco vuelos internacionales que salían de Brasil a volver a Guarulhos. Acabo de ver una entrevista en televisión con pasajeros uno de esos vuelos que tuvo que volver a São Paulo y contaban que el piloto anunció que iban a estar dando vueltas sobre São Paulo un buen rato porque era peligroso aterrizar con los tanques de combustible repletos. Os podéis imaginar la atmósfera en el avión. Ah, los vuelos volvieron a sus aeropuertos de partida porque las compañías aéreas se negaron a volar a ciegas sobre el Amazonas.
Pero podéis estar tranquilos, que como declaró el presidente Lula ayer, «el nivel de seguridad de nuestro sistema aéreo es compatible com todos los estándares internacionales«.