No, no me he equivocado de fecha. Para los brasileños el 12 de junio es el día de los enamorados –y no el 14 de febrero, como en la mayor parte del planeta–. La explicación oficial es que el 12 de junio es la víspera del día de San Antonio, santo casamentero. La explicación real es que la fecha fue elegida por el comercio para dar un empujoncito a las ventas en un momento del año en el que la actividad anda un tanto alicaída. Además, el 14 de febrero está demasiado cerca de las fechas del carnaval. Muchas de las fechas de las fiestas conmemorativas brasileñas que concentran el mayor número de ventas del año exceptuando la Navidad (día del padre, día de la madre, día del niño) fueron escogidas en función de los intereses del comercio (principalmente de São Paulo).
Ayer no había mucha actividad en la entrada del motel que hay al lado de mi casa. De vez en cuando entraba algún coche, pero eso fue todo. Hoy, día 12, las filas delante de los moteles suelen ser fenomenales. En esto, los brasileños no son muy diferentes del resto del mundo occidental, les gusta mucho seguir las pautas que impone la sociedad de consumo. Una cena romántica, unas horas de sexo ardiente en el motel y la absolutamente imprescindible actualización del móvil/celular de la persona querida – ¡qué sería de los fabricantes de móviles sin fechas así!