¿Brasil alza una valla para frenar la inmigración ilegal?

¿De verdad? Al menos eso es lo que nos cuenta El País hoy, a través de la pluma de Jorge Marirrodriga, corresponsal en Buenos Aires bastante mejor informado que el corresponsal habitual del diario madrileño en Rio. Creo que aquí se trata en parte de una jugarreta de la redacción en Madrid, al targiversar el contenido de la noticia enviada por el corresponsal a través de un titular erróneo, y en parte, del hecho imperdonable de que el periodista no conozca el lugar sobre el que está escribiendo.

El muro que están construyendo en Foz no tiene nada que ver con la inmigración ilegal y sí con el contrabando. De hecho, el periodista lo cuenta correctamente en una parte de su crónica. El que ha estado en el Puente de la Amistad lo entenderá; el que no lo ha hecho, tendrá que hacer un esfuerzo para imaginarse la situación. A escasos metros del puente está la aduana brasileña. La solución encontrada por muchos contrabandistas para burlar el control aduanero es lanzar el contrabando con el que entran desde Paraguay desde lo alto del puente que hace frontera entre los dos países para que lo recojan compinches en la parte inferior, en la orilla del río. Están construyendo el muro en esa orilla del río para acabar con esa práctica. Por supuesto que no lanzan a ningún inmigrante ilegal, moriría aplastado en la caída, dada la altura del puente. Utilizando el recurso My Maps! de Google he creado un pequeño mapa de la zona con algunas explicaciones. Está aquí.

Los buenos conocedores de la realidad brasileña (y paraguaya) saben que el muro únicamente va a hacer que los contrabandistas desarrollen alguna otra idea ingeniosa para entrar con sus mercancías en Brasil. A lo mejor derriban el muro por la noche, pedacito a pedacito. O a lo mejor ni se preocupan. Gran parte del contrabando entra directamente por la aduana. Esta situación no la va a resolver el muro.