La increíble actividad comercial que se desarrolla en una playa brasileña es un buen indicador del tamaño de la economía sumergida en Brasil. Aunque calificar de sumergida una actividad que emplea a casi la mitad de la población activa brasileña pueda parecer una temeridad.
En Arraial d’Ajuda, donde hice las fotos que ilustran este montaje, los vendedores son tranquilos y bienhumorados. Entienden el significado de un no. En otros lugares de la costa, la presión de los vendedores puede llegar a ser mucho más persistente y molesta.