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Reseña: Pousada Aquarela, Morro de São Paulo

[de nuestra enviada especial Lily]

NOMBRE: pousada Aquarela
POBLACIÓN: Morro de São Paulo, Bahía

EN ESPAÑOL: sí
PRECIOS EN LA PÁGINA: no
LOCALIZACIÓN: ver el mapa en la página web, no está lejos, porque nada en Morro está lejos, pero tampoco es céntrica.
EL ESTABLECIMIENTO: en un barranco lleno de vegetación asoman los bungalows; cuanto mejores las vistas, más escaleras hay que subir. El entorno está limpio y cuidado y las escaleras iluminadas, no es un lugar para perezosos o gente con problemas de rodillas ya que hay que subir bastantes peldaños. Los tramos están hechos con piedras y son irregulares, no es apto para minusválidos ni para gente con carritos de bebé.
LOS CUARTOS: Son correctos, aunque el colchón de nuestra habitación estaba trilladísimo. Te cambian las sábanas y las toallas cada dos días, hay cofre de seguridad, televisión y nevera. El problema que encontré ahí es el fuerte olor que desprende la madera debido a la humedad que no es muy agradable y da sensación de suciedad, cuando en realidad limpian a diario y bastante bien. Hay que tener en cuenta que el cuarto llevaba días cerrado y eso tampoco ayudó mucho, pero en un par de días y ventilando bastante, el olor desapareció un poco, o quizás nos acostumbramos. Es aconsejable dejar que alguna lagartija entre en el cuarto, se come todos los insectos y duermes mucho mejor, a nosotros se nos coló una y estábamos encantados. La terracita es encantadora y la paz y la tranquilidad que hay allí es alucinante, parece que estás en plena selva, sólo oyes los pájaros y el susurro del viento a través de la vegetación.
PRECIOS EN AGOSTO 2006: pagamos R$60 por noche, quizás regateando la habríamos sacado por algo menos. Había alojamiento más barato en Morro, pero estábamos muy a gusto.
DESAYUNO: incluido en el precio y muy monótono, no hay buffet y te lo trae la camarera, que se empeñaba en darme melón y plátano todos los días, mientras veía que los de mi alrededor zampaban piña y papaya. Llegó a irritarme bastante, pero el día que iba a protestar me trajo piña y papaya y así me calló la boca.
COMIDA: la pousada sólo sirve comidas en verano.
RECEPCIÓN: regenta la pousada José, un muchacho argentino que vive arriba del todo con su familia. El trato es excelente y muy cordial, en la pousada éramos casi todos castellanoparlantes, lo que hizo que el ambiente del desayuno fuera majísimo. José nos trató exquisitamente.
OTRAS FACILIDADES: José te reservará las excursiones si se lo pides, aunque en temporada baja, si regateas con la agencia te lo sacas mucho más barato.
NUESTRA VALORACIÓN: positiva, sobre todo por el entorno privilegiado en que se encuentra y la paz que disfrutamos, y lo bien que nos trataron. Muy recomendable para parejas de una cierta edad.