a vueltas con las angustias meteorológicas – una historia de Salvador

Salvador de Bahía, Brasil

Pasan los años y no cesan de llegar las consultas de lectores que quieren saber qué tiempo les va a hacer durante sus vacaciones en Brasil. Lo habitual es que responda a esas consultas indicando la lectura de la angustia de saber qué tiempo hará.

Pero hoy me apetecía compartir una pequeña historia meteorológica ocurrida la última vez que visité Salvador de Bahía. Como viajé para participar en una conferencia la cuestión del tiempo no tenía tanta transcendencia (más allá del qué ropa meto en la maleta). Pero si me hubieran propuesto viajar a Salvador a hacer turismo durante el mes de mayo mi reacción inicial habría sido de escepticismo. A fin de cuentas, en la entrada sobre el tiempo en Salvador de Bahía de este blog ya habíamos avisado que la época de lluvias torrenciales va de abril a julio y que en estos meses puede llegar a llover ininterrumpidamente durante días. Viajar a Salvador en mayo, y todavía más en junio, significa tener muchos números para la lotería de la lluvia torrencial.

Y hete aquí que llego a Salvador y me encuentro con un cielo azul maravilloso, temperatura de 32 grados y el escenario idílico que aparece en la siguiente fotografía (la organización del Salão de Turismo da Bahia tuvo la delicadeza de ubicarme en un resort en primera línea de playa). Si no hubiera sido porque mis compromisos de bloguero me llamaban, me habría pasado todo el día en la piscina del hotel (la bandera roja en la playa indicaba que meterse al mar era una actividad de alto riesgo).

Salvador de Bahia, Brazil

Ya véis, pensé, puedes alertar todo lo que quieras sobre el riesgo de lluvia pero el tiempo tiene un factor de imprevisibilidad que se escapa a nuestro control. «Puede que os llueva» significa también «puede que no lo haga». Simplemente no lo sabemos. Y me acordé de esa otra consulta que me hacen muchas veces, «me gustaría que alguien que estuviera ahora mismo en Salvador (o donde sea) me dijera cómo está el tiempo». Ese primer día yo estaba en Salvador y si me hubieras preguntado te habría dicho: «sol, calor y mucha playa y piscina».

Solo que esta historia no se ha acabado. Estuve cinco días en Salvador y vi el sol únicamente durante el primero. Porque durante los cuatro días siguientes se abrieron las compuertas de los cielos y llovió torrencialmente y casi ininterrumpidamente durante 96 horas. Se acabó la playa y la piscina y se acabó el sol también. Solo fue lluvia, lluvia y más lluvia. Mal servicio le hubiera prestado al que me preguntó que tiempo hacía en Bahía el primer día si le hubiera dicho que se trajera únicamente el bañador. La respuesta más adecuada es siempre «hoy hace calor pero nunca dejes de consultar la predicción del tiempo para saber qué va a hacer mañana».

A mi amigo Michael Sommers, escritor de viajes que vive en Bahía, le pasó algo parecido no hace mucho (lo contó en When to Go to Brazil). Eligió ir de viaje a la playa, en el estado de Bahía, en una época del año en la que el sol estaba aparentemente garantizado. Y acabó devorando su colección de lecturas porque no paró de llover durante su viaje. ¿Y qué decir del último mes de junio en la ciudad de São Paulo? Se batieron todos los récords históricos de lluvia, con un volumen idéntico al de los meses caracterizados por lluvias torrenciales (Com mais chuva em São Paulo, mês de junho bate recorde histórico). ¿Y septiembre también en São Paulo? Se registró la temperatura invernal más cálida de los últimos 57 años (Com 33,1ºC, SP tem o dia mais quente do inverno dos últimos 57 anos).

Acabo de volver de Río de Janeiro. En dos días se pasaron de máximas de 40 grados a temperaturas diurnas que no superaban los 20. Creo que no hacen falta más ejemplos. Así que una vez más el consejo vuelve a ser: informaros sobre el clima en la región que vais a visitar pero no utilicéis los datos meteorológicos del pasado como una receta infalible para interpretar lo que va a ocurrir en el futuro; es más bien una guía de tendencias. El 16 de mayo de 2012 lucía el sol en Salvador de Bahía. El 17 de mayo no paró de llover torrencialmente. No vale la pena angustiarse por algo que no controlamos. Tan solo se recomienda hacer un esfuerzo para ir preparado para hacer frente a las adversidades.

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