Se suceden las noticias sobre el endurecimiento de las condiciones de entrada para los turistas españoles que quieren visitar Brasil. Acabamos de hablar de los nuevos requisitos de entrada a Brasil para los turistas españoles y tenemos ahora una novedad más de la que tenía noticias hace unas cuantas semanas (cuando a un conocido de mi amigo Antonio le negaron la prórroga de su estancia en Brasil «por ser español») pero que solo ahora he podido confirmar (gracias una vez más, Daniel), aunque no sea a través de una fuente brasileña.
Lo reproduce la página del Ministerio de Asuntos Exteriores español dedicada a Brasil:
Las autoridades brasileñas no están procediendo a conceder prórrogas a los 90 días, debiendo el nacional español dejar el país al finalizar ese período.
A su llegada a Brasil los turistas de un buen número de países, incluyendo la Unión Europea, reciben un permiso inicial de 90 días para que puedan hacer turismo por Brasil -permiso que algunos confunden con un visado, algo que no es-. Ese permiso inicial se podía prorrogar hasta un máximo anual de 180 días y en cómo solicitar la extensión de vuestro permiso de permanencia en Brasil os explicamos cómo hacerlo. Ahora lo dicho en esa y otras entradas del blog deja de tener sentido. Como turista español no vas a poder solicitar una estancia superior a 90 días. Terminado ese plazo de tiempo, tendrás que salir de Brasil. Sin duda la mayor parte de los turistas no ejercía su derecho de ampliar su plazo de estancia; no obstante, a partir de ahora todos sabrán que frente a otros ciudadanos de la Unión Europea, ellos reciben de las autoridades brasileñas un trato diferencial.
No nos consta que el plazo máximo anual de 180 días haya sido modificado.
Brasil es evidentemente soberano para decidir qué exige a quién y cómo lo hace. Puede utilizar además los argumentos que quiera, incluso si trata de una ley del Talión travestida de algún otro concepto, e introducir discriminaciones entre ciudadanos de la Unión Europea que antes eran tratados por igual. Notamos, sin embargo, una profunda contradicción entre el discurso de las autoridades de turismo, que afirman que el mercado español es prioritario en su estrategia y las recientes medidas que tienen como objetivo hacer más trabajosa la venida de estos turistas. Atraer turistas extranjeros, una tarea que no se le da demasiado bien a Brasil, es un trabajo que tiene todo que ver con facilitar y nada que ver con dificultar.
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