Los tiempos han cambiado, y cómo. En poquísimo tiempo la forma como se maneja la información viajera ha sufrido una auténtica revolución. El año 2000 es ya la Edad de Piedra de la información en Internet. El último par de años ha presenciado cambios y movimientos frenéticos. Ya ni siquiera se plantea si el sector turístico debe estar internet; se discute cómo debe hacerlo y sus relaciones con ese fenómeno emergente que son las redes sociales.
Sin embargo, a pesar de la presencia central de Internet en la planificación viajera de cada vez más gente, hay una parte significativa del sector turístico que ha permanecido anclada en la prehistoria de la información viajera. Son hoteles (pocos), pousadas, casas de alquiler y servicios turísticos variopintos que no tienen presencia en Internet.
Hace tres años esa ausencia podría hasta llegar a ser comprensible, al fin y al cabo estar en Internet tenía un costo. Había que contratar a un programador, a un diseñador y contratar un servicio de hospedaje. Pero hoy, con numerosas herramientas completamente gratuitas (en 5 minutos se abre un blog en, por ejemplo, Blogger, el servicio de Google, con costo cero; el mismo costo tiene crear una página en Facebook), no existe ninguna excusa que justifique la ausencia en Internet.
Si alguien que se gana la vida con su negocio turístico no quiere salir a internet a buscar sus clientes, es decisión suya. Pero a partir de hoy en los comentarios de este blog no vamos a hacer márketing gratuito de aquellos que no se han molestado en construir una presencia en ese lugar, Internet, donde cada vez aparecen más clientes potenciales. Si cualquier empresa o individuo del sector tiene una página web y resulta relevante citarla, lo haremos. Pero ya no vamos a dar teléfonos de contacto, o direcciones de correo electrónico de aquellos que no se han molestado en marcar presencia. Si ellos no han tenido esa inquietud, no vamos a ser nosotros los que les saquemos las castañas del fuego. Deben entender que el que está en Internet va a tener cada vez más una ventaja competitiva mucho mayor sobre el resto.