En el remoto pueblecito de São Francisco, también conocido como Cova da Onça, en la parte sur de la igualmente remota isla de Boipeba, se encuentra un humilde, pero no por ello menos delicioso, restaurante: la Toca da Onça (traducido al español, la guarida del jaguar).
El simpático y dicharachero Orlando sirve las mesas mientras que su mujer cuida de las sartenes. El restaurante es muy simple, unas cuantas mesas a pocos metros del mar. El fuerte del menú viene del mar. Gambas (camarones), langosta, pulpo y pescado. Menú que, como es bastante habitual en parte de Brasil, viene en formato impreso pero también en formato tridimensional, como se puede apreciar en la siguiente fotografía:
Pagamos R$30 por un platazo de gambas para dos. Nuestros compañeros de viaje pagaron R$55 por un plato de langosta que no consiguieron acabar, de tan abundante que era. Orlando tuvo el beneficio de la duda en lo que se refiere a la procedencia de las langostas en plena época de veda. Quisimos creer su explicación un tanto enrevesada sobre cómo eran langostas frescas pero al mismo tiempo no habían sido pescadas recientemente. Pero la duda que nos quedó proyectaba una sombra gigantesca.
Un excelente lugar para reponer fuerzas durante la vuelta a la isla o en una excursión hasta el extremo sur de la misma. Si tenéis cualquier duda sobre Boipeba, echadle un vistazo a la entrada destinos: Boipeba de este blog.
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