una respuesta abierta

La semana pasada entró en el blog, en forma de comentario, una misiva del dueño de una pousada en la costa brasileña (no me interesa identificar ni el establecimiento ni el lugar). Entre otras cosas, en el comentario se leía que:

Quiero que seas consciente de que tu blog tiene una gran influencia, y el comentario negativo referente a la localización de las pousadas (aun siendo verdad) perjudica gravemente nuestra economía. Quiero que entiendas que tu blog echa por tierra todos los esfuerzos que hacemos para sobrevivir con nuestro negocio. Te ruego encarecidamente que consideres cambiar ese texto.

Quiero responder por partes porque el texto tiene mucha enjundia. Y porque me interesa dejar clara la motivación que hay por detrás de un blog de viajes como este, del que creo sinceramente que los buenos practicantes de los servicios turísticos tienen muchísimo más que ganar que perder.

  1. Aunque soy consciente que en casi tres años de blog me he ganado la credibilidad de un buen número de lectores y mis consejos son seguidos por muchas personas, no creo que De viaje a Brasil tenga la capacidad de generar los movimientos sísmicos que la guía Lonely Planet llega a producir en algunos destinos turísticos. Si lo hiciera para lo malo, también lo haría para lo bueno, y hasta el día de hoy no he visto a muchos establecimientos hoteleros llamando a la puerta para agradecerme lo que he hecho por su destino.
  2. Mi comentario sobre la localización de las pousadas no es negativo. Es un dato objetivo que cualquier persona que abra un mapa lo puede contrastar. Tan objetivo como que en Porto Alegre hace frío en invierno o que en abril llueve mucho en el Maranhão. El viajero interesado en estar cerca del pueblo puede llegar a interpretar ese dato negativamente, de la misma forma que el viajero que busque tranquilidad y una playa desierta puede interpretarlo positivamente.
  3. No me parece que mi comentario sobre el problema de la localización de algunas pousadas en el destino turístico en el que tienes la tuya perjudique a vuestra economía. El problema radica en la localización de la pousada, no en que yo informe sobre esa localización.
  4. Fíjate que estás reconociendo la existencia de un problema y en cierta forma me estás pidiendo que no informe sobre él. Por las razones que expongo más abajo no puedo hacerlo.
  5. Tenéis que entender que en el mundo interconectado en el que vivimos la información ya no se controla como antes. Puede que os encontréis a algún bloguero o periodista dispuesto a atender vuestro pedido y pasar por alto algún aspecto de vuestro negocio que os perjudica. Pero no sirve de nada, va a venir otro viajero, y otro después, que lo va a descubrir y hablar sobre él. Para bien o para mal, la conversación directa de viajero a viajero, sin intermediarios ni manipulaciones, llegó y es bastante poco probable que se vaya. Ha habido y habrá intentos por interferir en esa conversación, y vemos a personas que bajo un perfil de viajero «independiente» canalizan los intereses de destinos y establecimientos hoteleros. Pero somos muchos los que entramos en la blogosfera viajera sin el lastre del periodismo tradicional de viajes, solo respondemos a nosotros mismos y todo lo que contamos son experiencias reales de viajes.
  6. Creo que tenéis que tener bien claro dónde residen vuestro problemas para poder enfrentarlos. Si en vuestro caso concreto el problema que os está perjudicando es la localización, poned la imaginación a funcionar. Podéis pensar, por ejemplo, en ofrecer a vuestros huéspedes un transfer gratuito al pueblo. Y, sin duda, resaltar los aspectos positivos del lugar en el que os encontráis. E incluso podéis hacer que vuestra existencia sea conocida por más lectores contratando publicidad en este blog que os parece que es tan influyente.

Tarea hercúlea resumir en un único párrafo lo que la aparición de los blogs de viajes ha supuesto para la información viajera. Ni lo voy a intentar. Pero me gustaría apuntar cómo era el antes y cómo es el ahora. Antes el monopolio de la información turística recaía en el periodismo de viajes (revistas y guías), en el material publicitario producido por el sector (agencias, hoteles) y en los folletos institucionales (de las autoridades de turismo de todo el mundo). Como denominador común a todos ellos, una información aséptica en la que se exaltan las bondades del destino y en el que los aspectos negativos del mismo se esconden debajo de la alfombra. Igualmente, con mucha frecuencia este tipo de información servía (y continúa haciéndolo) para vender de forma subrepticia determinados servicios, promoción por la que los generadores de la información recibían una remuneración. Ahora se ha roto el monopolio y con algunos blogs de viajes se escuchan voces verdaderamente independientes que por encima de todo priman la ética a la hora de informar. Este cambio no le ha sentado muy bien a algunas voces tradicionales. En el caso de Brasil, por ejemplo, hemos visto como algún grupo editorial con una participación mayoritaria en el mercado de publicaciones viajeras ha intentado tomar al asalto (de forma bastante desastrosa, todo sea dicho) la blogosfera viajera. Sin entender que, por lo menos así lo he interpretado yo desde el comienzo, el lenguaje de los blogs no se limita a un aspecto técnico (un diario en forma cronológica en el que hay interacción con el lector) sino que contiene un fuerte elemento de ética y transparencia en la información.

Dicho esto, me gustaría cerrar esta respuesta abierta dejando claro que este blog de viajes (y me consta que algunas otras bitácoras viajeras también) no tiene nada ni contra ni a favor de la gente que se gana la vida con el turismo. Nuestro objetivo no es ni ayudar ni perjudicar el desarrollo económico del sector. Nuestro propósito principal es dar información viajera basada en nuestras experiencias personales. Lo que nos gusta lo elogiamos, lo que no nos gusta, lo criticamos. Y si bien no nos tiembla el pulso al criticar, creednos que nos da mucha más satisfacción elogiar. Todo con el único objetivo de ayudar a que otros viajeros tengan más datos para organizar sus viajes. Mi trabajo no es una extensión de la del Ministerio de Turismo brasileño (aunque con demasiada frecuencia acabemos sacándole las castañas del fuego). Al contrario que a él, a mí me da igual si un extranjero decide venir a Brasil de vacaciones o ir al Japón. Ni siquiera me interesa convencerle de que venga a Brasil. Esa decisión la tiene que tomar él. Pero una vez tomada, y una vez que decide visitar el país en el que vivo, voy a hacer lo posible por ayudarle con la información de la que dispongo, sin interferencias de ningún tipo.

Me pareció interesante responder a tu carta de forma abierta porque me gustaría bastante que vierais y entendierais a los blogs de viajes (aunque solo puedo responder por los míos) como una nueva herramienta en el arsenal de la planificación viajera de las personas. Cuanto mejor los entendáis mayor partido positivo podréis sacar de ellos. Trabajamos a favor del viajero, y eso sin duda os beneficia.

1 comentario en “una respuesta abierta”

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