Hoy quería referirme a dos galardones concedidos recientemente en dos categorías que nos son muy queridas en este blog: la del turismo responsable y la del viajero ético.
Los Responsible Tourism Awards 2008 se conceden en varias categorías, que incluyen un vencedor absoluto (en este caso, Nueva Zelanda), mejor touroperador (ganado por la británica Explore, de quien guardo excelentes recuerdos de dos viajes por Cuba y por Guatemala y Honduras) y otra serie de categorías relacionadas con el turismo. Brasil aparece en un accésit (altamente recomendado) en la categoría Mejor conservación de especies amenazadas o de área protegida. Su representante es el Refúgio Ecológico Caiman, en el Pantanal, de cuyo trabajo solo he oído elogios.
Entre los 10 Mejores destinos éticos del mundo en desarrollo en 2008 no aparece Brasil. Sí que lo hacen otros países latinoamericanos (Argentina, Bolivia, Chile, Costa Rica y Nicaragua). El que quiera entender mejor los criterios por detrás de la elección y la complejidad de definir los viajes éticos debe acudir a la página de la organización Ethical Traveler.
La casi total ausencia de Brasil en esos premios no cuadra muy bien con las fantasiosas pretensiones del Ministério de Turismo de haber colocado al país en el top mundial cuando de lo que se trata es de ecoturismo y turismo sostenible. Aunque nos consta que hay en Brasil un puñado de profesionales del turismo que abordan el desarrollo sostenible con seriedad, la realidad de cómo trabaja la mayoría de la industria del turismo es bastante asustadora y empaña con facilidad el trabajo de los primeros.