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Actualización MUY IMPORTANTE de febrero 2012: nuevos requisitos de entrada a Brasil para los turistas españoles
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Ainhoa y Laura son dos donostiarras que aterrizaron la semana pasada en Río, donde iban a comenzar sus vacaciones en Brasil. No llegaron al control de pasaportes. Mientras estaban en la fila un policía las seleccionó por tener un pasaporte español en sus manos y decretó su inmediata expulsión y envío de vuelta a España (podéis leer más sobre el trato vejatorio del que fueron objeto en Nos han deportado desde Brasil y sólo íbamos a pasar nuestras vacaciones y en ¡Putas africanas, a España!).
Si os preocupa la posibilidad de llegar a Brasil con toda la documentación y tener la entrada en el país negada, la nueva recomendación de De viaje a Brasil es que empecéis a considerar seriamente un destino alternativo para vuestras vacaciones y os olvidéis de Brasil durante un buen tiempo.
No quiero tratar aquí de nuevo la mal llamada crisis de las expulsiones. En estos momentos no existe en Brasil el ambiente adecuado para hacerlo, los medios de comunicación y hasta algunos blogs de viajes han abierto de par en par sus páginas para que los xenófobos exhiban sus garras (recordemos que la xenofobia no está tipificada como delito en Brasil). Pero un día analizaremos la anatomía del conflicto y veremos cómo con la dosis adecuada de mentiras y falsedades se consiguen inventar una crisis.
Lo importante es entender que de nada sirve llegar a Brasil con todos los documentos exigidos por las autoridades brasileñas. En especial porque, a pesar de haberse comprometido a hacerlo, Brasil todavía no informa fehacientemente de cuáles son esos documentos: el consulado de Brasil da una lista; la embajada de Brasil, otra diferente; el Ministerio de Turismo, otra tercera. Pero da igual, las expulsiones no obedecen a la aplicación rígida de los requisitos de inmigración y sí a una política de represalias.
Volvemos a insistir, como Brasil es el único país del mundo que está expulsando turistas españoles en aplicación de una política de represalias, si os preocupa la posibilidad -estadísticamente pequeña- de ser víctimas de esa política, elegid otro destino. Alternativas excelentes no faltan.
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