Casi me olvidé de comentar esta anécdota del pabellón de Brasil en la Expo Zaragoza. La entrada al mismo estaba presidida por una gigantesca fotografía… ¡de Argentina! Según las cartas internacionales, todo lo que hay al lado izquierdo (en el sentido de la desembocadura) del cauce principal del río Iguazú pertenece a Argentina. Y ciertamente cuando uno visita la zona de las cataratas no le queda la más mínima duda de qué parte corresponde a Brasil y cuál a Argentina.
Me pregunto qué debieron pensar los argentinos del asunto… me pareció gracioso en un momento en el que el discurso ultranacionalista anda suelto por estas tierras, con el «extranjeros fuera de la Amazonia» como mantra (como si la Amazonia fuera solo de Brasil).
Luego, dentro del pabellón, los motivos para sublevarse no acababan nunca. Presentar la presa de Itaipú como un modelo sostenible de gestión del agua y modelo de protección ambiental resultaba bastante difícil de digerir. Ya no quise buscar si había referencias al criminal trasvase del río San Francisco, la obra faraónica del presidente con delirios de grandeza. Sospecho que lo de presentar en Zaragoza un trasvase como otra solución al problema de la falta de agua no habría sentado demasiado bien.